El gesto del embajador de Irán en España, Hassan Ghashghavi, fue muy discutido en España este miércoles, luego de que evite darle la mano a la reina Letizia en una ceremonia oficial en el Palacio Real.
Durante la tradicional recepción al Cuerpo Diplomático, los reyes saludaban a cada uno de los representantes extranjeros, que estrechaban las manos de la pareja.
Sin embargo, cuando llegó el turno del delegado del régimen persa, solo saludó a Felipe VI. Luego, frente a Letizia, se limitó a llevarse la mano al pecho, mientras la miraba a los ojos.
Letizia no pareció reaccionar con sorpresa ni disgusto, sin perder la formalidad del acto, pero el gesto se volvió tendencia en las redes sociales, donde calificaron lo sucedido como un desplante.
Ante la ola de críticas, la embajada iraní emitió un comunicado en el que señaló que el saludo se basa en los principios ceremoniales de Irán y que son llevados a cada recepción en suelo extranjero.
Además, aseguraron que al confirmar la asistencia del embajador, quien ocupa el puesto desde 2019, ya habían advertido al área de protocolo de la Casa Real que el saludo a Doña Letizia se haría frente a ella, pero que “no puede estrechar la mano a Su Majestad la Reina”.
De hecho, no es la primera vez que la propia Letizia pasa por esta situación. En 2019, durante la Cumbre del Clima, el delegado iraní tampoco estrechó su mano.
Desde 1979, en Irán está prohibido el contacto físico en público entre hombres y mujeres si no están casados o no forman parte del mismo núcleo familiar. Pero la prohibición no aplica al saludo entre dos hombres.
“Esta situación tiene una explicación absolutamente religiosa y jamás significa faltarle el respeto a la posición o la figura de una mujer”, argumentaron desde la embajada iraní.
Al respecto, el periódico El Español recordó lo ocurrido en 2002, cuando el ex presidente iraní Mohammad Khatami visitó España. Antes del viaje, la delegación persa había solicitado que todas las mujeres porten un velo, que no haya contacto físico entre el mandatario y las mujeres y que en la cena de gala no se sirva alcohol.
Tras las negociaciones de protocolo, finalmente Khatami no tocó a la reina, quien lució un vestido conservador, pero sin velo. En la cena, la delegación iraní recibió bebidas no alcohólicas y los representantes españoles sí pudieron tomar vino, sello de producción local.
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