Chris Hipkins, que ocupó un papel protagonista en la respuesta de Nueva Zelanda a la pandemia de COVID-19, está llamado a suceder a la primera ministra, Jacinda Ardern, al emerger como el único candidato nominado para liderar el Partido Laborista tras la renuncia de la dirigente el jueves.
“Me siento honrado por el apoyo que mis colegas me han mostrado”, dijo hoy Hipkins en una rueda de prensa en Wellington, una vez concluida su nominación.
Hipkins, de 44 años y actualmente ministro para la policía y responsable de las carteras de educación y servicio público, tendrá que ser aún formalmente respaldado por el Partido Laborista el domingo para convertirse en su líder.
De ser así, Ardern, quien anunció por sorpresa su renuncia el último jueves alegando no tener “más energía” para continuar, entregará su dimisión el 7 de febrero, momento en el que Hipkins ocupará el cargo de primer ministro, al menos hasta las elecciones convocadas el 14 de octubre.
“Me voy, porque con un papel tan privilegiado viene la responsabilidad. La responsabilidad de saber cuándo eres la persona adecuada para liderar y también cuándo no lo eres. Sé lo que requiere este trabajo. Y sé que ya no tengo suficiente en el tanque para hacerle justicia. Es así de simple”, dijo Ardern.
“No me voy porque crea que no podemos ganar la próxima elección, sino porque creo que podemos (ganar) y lo haremos”, afirmó.
A meses de los comicios, los últimos sondeos indican cierta ventaja para el opositor Partido Nacional.
“Me siento enérgico y entusiasta, estoy deseando comenzar a trabajar”, dijo hoy Hipkins, quien reconoció también que, actualmente, “estamos atravesando algunas turbulencias económicas y vamos a tener que sortearlas”, ante el alza de precios y la posibilidad de que el país entre en recesión este año.
“Pero creo firmemente que podemos salir de esto mejor de como entramos. Soy muy optimista acerca del futuro”, añadió.
La cara de la respuesta a la pandemia
Hipkins fue primero elegido diputado en 2008, y uno de sus cargos de más visibilidad surgió en noviembre de 2020, cuando fue nombrado ministro para el COVID-19, con Nueva Zelanda liderando uno de los cierres fronterizos y planes de control más estrictos del mundo durante más de dos años, que se granjeó sus detractores en el país.
El político admitió después que los confinamientos habían sido “duros” y que era hora de salir de la política de cero COVID que había abanderado Nueva Zelanda porque la población se estaba cansando de las restricciones.
Apodado “Chippy” -una combinación de su nombre y su apellido-, el ministro propició uno de los escasos momentos cómicos de la pandemia cuando animó a los ciudadanos a salir a la calle a “abrir las piernas”, confundiéndose con la expresión “estirar las piernas”, lo que generó una lluvia de hilarantes comentarios en las redes.
Al margen de su lapsus, la ministra de Justicia Kiri Allan, que había sido considerada una candidata potencial a suceder a Ardern, lo ha descrito como “resolutivo y un increíblemente fuerte primer ministro”, quien no obstante lo tendrá difícil para alcanzar la fama de su predecesora.
El político, a quien Ardern ha recurrido en momentos de crisis, alabó a la aún líder laborista como una “increíble primera ministra”, quien ha gobernado de un modo “calmado y estable, algo que espero continuar haciendo”.
“Somos personas diferentes, no obstante, y estoy seguro de que la gente así lo verá”, agregó.
(Con información de EFE, Europa Press y AFP)
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