El presentador británico Jeremy Kyle entrevistó a Ghislaine Maxwell, miembro de la alta sociedad que una vez se asoció con miembros de la realeza, presidentes y multimillonarios, y terminó condenada el a 20 años de prisión por ayudar al millonario Jeffrey Epstein a abusar sexualmente de niñas.
Según adelantó el presentador, en la entrevista que se emitirá el próximo lunes 23 de enero a las 19 (hora del Reino Unido) Maxwell habla desde su prisión en Florida sobre el pedófilo Epstein, su amigo el Príncipe Andrés y la difunta Reina Isabel.
Maxwell, la hija del magnate de la prensa británico Robert Maxwell, cumple una condena de 20 años por conseguir chicas para su difunto amante y delincuente sexual Jeffrey Epstein, que fue encontrado muerto en su celda de la prisión en 2019. La sentencia fue el signo de puntuación en un juicio que exploró los sórdidos rituales de una poderosa pareja depredadora que cortejaba a los ricos y famosos mientras atraían a niñas vulnerables de hasta 14 años y luego las explotaban.
La entrevista se emitirá en un programa especial -Ghislaine Behind Bars” (Ghislaine, tras las rejas)- en Talk TV, el canal de Rupert Murdoch.
“Maxwell ventila todo sobre Epstein, el príncipe Andrés e incluso nuestra difunta reina. Esta es Ghislaine Maxwell entre rejas y en sus propias palabras”, adelantó Kyle.
El pasado fin de semana, The Daily Mail reveló que Maxwell, que era amiga del Príncipe Andrés, había conocido a la difunta Reina Isabel II.
Desde la prisión de Florida, Maxwell declaró: “Creo que la Reina es una de las mujeres más excepcionales que he tenido el honor y el privilegio de conocer”.
Y afirmó que pasar tiempo con la monarca británica y hablar sobre su amor compartido por los caballos fue uno de los mayores honores de su vida.
“Pensé que la Reina era una de las mujeres más excepcionales que he tenido el honor y el privilegio de conocer”, aseguró.
Afirmó que la difunta monarca tenía un “brillo”, y aseguró estar “profundamente triste” cuando se enteró de la noticia de su muerte.
Se sabe que Maxwell fue invitada por Andrés al Palacio de Buckingham en varias ocasiones, y también participó de una reunión más íntima en Balmoral en el verano de 1999, época en la que se cree que la reina se encontraba en la residencia. En esa visita, Maxwell y Jeffrey Epstein fueron fotografiados relajándose en la cabaña de la Reina.
Al año siguiente, en junio de 2000, se divirtieron en la fiesta de cumpleaños número 40 de Andrés en el Castillo de Windsor, organizada por Isabel II. Además, en diciembre del mismo año, el prínicpe los invitó a Sandringham, donde los monarcas pasan sus vacaciones de Navidad.
20 años de prisión
La Justicia norteamericana llegó a la conclusión de que Epstein abusó sexualmente de niñas cientos de veces durante más de una década, pero que no podría haberlo hecho sin la ayuda de Maxwell, su compañera de mucho tiempo y ex novia, quien también participó de los abusos en algunas ocasiones. El jurado la condenó a Maxwell a 20 años de cárcel por tráfico sexual, transportar a un menor para participar en actos sexuales ilegales y dos cargos de conspiración.
“Eran socios en el crimen juntos y abusaron de estos niños juntos”, afirma la sentencia, llamando a Maxwell “una persona que era indiferente al sufrimiento de otros seres humanos”.
La hija del magnate de la prensa británico Robert Maxwell, que también tiene nacionalidad estadounidense y francesa, no reaccionó cuando la jueza Alison Nathan anunció la sentencia en el tribunal del distrito sur de Manhattan, que había generado una enorme expectación.
La jueza calificó los delitos de Maxwell de “abominables y depredadores” y dejó claro que aunque “Epstein fue central en este esquema criminal, Maxwell no está siendo castigada en su lugar ni en su representación, sino que lo está siendo por su conducta”.
El multimillonario financiero se suicidó en la cárcel en agosto de 2019 cuando esperaba a ser juzgado por estos delitos. Según la fiscalía, durante una década, Maxwell ayudó, facilitó y participó en el abuso de menores por Jeffrey Epstein, ayudándole a reclutar, atraer y abusar de jóvenes que sabían que tenían menos de 18 años.
La condena fue más clemente de los 30 a 55 años de cárcel que pidió la fiscalía neoyorquina, pero un poco más de lo que establece el baremo por cada uno de los cinco delitos de los que fue declarada culpable por un jurado el pasado 29 de diciembre, que sumarían entre 15,6 y 19,5 años.
Nathan justificó la sentencia en “la gravedad de los hechos” pese a reconocer los atenuantes como las disculpas de la acusada a las víctimas, que los hechos ocurrieron entre 1994 y 2004, que no ha tenido problemas con la justicia ni antes ni en los últimos casi 20 años además de su buen comportamiento en la cárcel, donde está retenida desde su detención en el verano de 2020.
Para el fiscal Damian Williams, la sentencia “envió un fuerte mensaje de que nadie está por encima de la ley y que nunca es tarde para hacer justicia”.
Después de que la fiscalía había criticado su “falta total de remordimientos” y de los testimonios de varias víctimas que con la voz entrecortada contaron el calvario que les hicieron vivir la pareja Epstein-Maxwell y con el que siguen lidiando casi tres décadas después, la socialité reconoció “el daño terrible que le hizo a demasiadas mujeres”.
”Es difícil de oír y más difícil aún de asumir”, dijo antes de agregar: “Simpatizo profundamente con todas las víctimas de este caso” y “siento el dolor que están viviendo”.
Dos de las víctimas de Epstein, identificadas como “Jane” y “Carolyn” declararon en el juicio que tenían 14 años cuando Maxwell empezó a atraerlas para convertirlas en víctimas del financiero.
“Creo que Jeffrey Epstein fue un hombre manipulador, astuto y controlador que tuvo una vida profundamente compartimentalizada y engañó a todos los que estaban en su órbita”, dijo Maxwell.
Maxwell y Epstein fueron pareja a principios de los años 1990 antes de convertirse en colaboradores profesionales y cómplices durante cerca de 30 años.
En el juicio contra la británica una testigo declaró que ella era “la señora de la casa”.
La relación era difícil de definir: “Era mitad novia, mitad empleada, una especie de gerente general y mejor amiga. Era la que arreglaba los problemas y facilitaba las cosas”.
La testigo detalló que ella organizaba la casa y al personal. A cada nuevo empleado le entregaba un manual de 58 páginas con las indicaciones sobre cómo debían comportarse (no se podían dirigir a Epstein, ni mirarlo a los ojos) y los hacía firmar un convenio de confidencialidad. Ella era la que daba las órdenes y manejaba las finanzas cotidianas.
Así, pasó de ser la novia de Epstein a su madama.
Le conseguía a Epstein las adolescentes para que le dieran sus tres masajes sexuales diarios, las disuadía, las amenazaba, las convencía de que se fueran de viaje con el financista y sus amigos poderosos, hacía lo necesario para reclutar a las reemplazantes y hasta participaba en varias de las sesiones.
”Para mí y para muchas otras, nos abriste la puerta al infierno”, le dijo a Maxwell Virginia Giuffre, una de las víctimas de la pareja -aunque no se presentó en la causa-, en un comunicado leído por su abogada en la audiencia.
En una de las muchas ramificaciones de este caso, Giuffre denunció al príncipe Andrés de Inglaterra por abuso sexual cuando era menor. El pasado febrero llegaron a un acuerdo económico extrajudicial por el que hijo de la reina de Inglaterra habría pagado, según la prensa, 13 millones de dólares, evitando así un embarazoso proceso para la familia real británica.
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