Un vuelo de la compañía aérea australiana Qantas, que viajaba desde Melbourne hacia Sídney, tuvo que regresar este viernes al aeropuerto de partida tan solo 10 minutos después de que despegara debido a un problema técnico, que supone el tercer percance en el aire que sufre un aparato de esta aerolínea en tres días.
El vuelo QF430 despegó a las 9.40 hora local desde el aeropuerto internacional de Tullamarine, en Melbourne, adonde tuvo que volver cerca de 10 minutos después de iniciar el viaje, según indicó la página Flight Radar, que monitoriza en tiempo real los vuelos de todo el mundo.
De acuerdo con un comunicado de Qantas, publicado por la agencia local AAP, el Boeing 737 retornó a su punto de partida como “medida de precaución” después de que los pilotos fueran alertados de un problema de “menor importancia” en el motor.
“La aeronave aterrizó normalmente, no fue un aterrizaje de emergencia o prioritario. Ambos motores permanecieron operativos durante todo el vuelo”, señala la nota.
Se trata del tercer incidente con un avión de la aerolínea australiana en los últimos tres días, después de que los pilotos de un Boeing 737-838 que iba de Nueva Zelanda a Sídney enviara el martes una alerta de emergencia en pleno vuelo debido al fallo de uno de los dos motores.
De acuerdo con medios de comunicación locales, los pasajeros del vuelo 144 escucharon un gran estruendo antes de que se activara la alerta de socorro.
Un portavoz de Qantas explicó al periódico Sydney Morning Herald que la señal de alerta “mayday”, emitida cuando la vida de la tripulación y los pasajeros están en peligro, se debió a un fallo en uno de los dos motores del aparato.
“Aunque las paradas de motor en vuelo son raras y, naturalmente, preocupan a nuestros pasajeros, nuestros pilotos están entrenados para gestionarlas con seguridad y los aviones están diseñados para volar durante un periodo prolongado con un solo motor”, indicó.
Por su parte, un vocero de la empresa aeronáutica indicó que se está investigando el incidente, por lo que publicarán una declaración con más detalles en las siguientes horas, tal y como ha podido saber el diario New Zeland Herald.
Una de las pasajeras identificada como Vonnie Wavish, dijo a 9 News que “el personal de la aerolínea hizo un gran trabajo para llevar a todo el mundo a tierra”.
“Más o menos a mitad de camino oímos un gran estruendo, pero nadie parecía preocupado”, expresó.
Otra pasajera, Leslie Spring, manifestó que el vuelo estuvo lleno de baches, pero que la sensación fue similar a la de las turbulencias habituales, según declaraciones al citado medio de comunicación.
“Si no nos lo hubieran dicho, no nos habríamos enterado”, dijo.
“Nos dijeron que habría un equipo de bomberos por si acaso, y nos tranquilizó saber que estaban al tanto”, agregó.
Ese incidente llevó al despliegue de los servicios de emergencia por precaución, aunque el aparato aterrizó sin mayores complicaciones.
Un día después, otro avión, un Boeing 738, que se desplazaba desde Sídney hacia Fiyi, tuvo que regresar a la ciudad de origen en medio de una “indicación de fallo sobre un potencial problema mecánico”, según indicó un portavoz de Qantas, la mayor aerolínea de Australia, a la televisión estatal ABC.
(Con información de EFE, Europa Press y 9 News)
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