La Unión Europea (UE) impondrá nuevas sanciones a 37 funcionarios y organizaciones iraníes por la represión de manifestantes, pero aún debate la denominación de la Guardia Revolucionaria de Irán como “grupo terrorista”, afirmaron diplomáticos este viernes.
Los ministros de Relaciones Exteriores del bloque mantendrán una reunión en Bruselas el lunes y se proponen adoptar el cuarto paquete de sanciones contra Irán por la represión de las protestas.
Desde septiembre de 2022, Irán es escenario de una oleada de protestas a raíz de la muerte de una mujer de 22 años cuando se encontraba bajo custodia policial por, supuestamente, haber infringido las reglas de vestimenta que exigen el uso del velo en la República Islámica.
Irán ha arrestado al menos a 14.000 personas a raíz de las protestas, de acuerdo con la ONU. Además, cuatro personas fueron ejecutadas por participación en disturbios, y otras 18 fueron condenadas a muerte.
La UE ya ordenó que se congelaran activos y prohibió la emisión de visado a más de 60 funcionarios y entidades iraníes por la represión, incluyendo a la policía de la moral, los comandantes del cuerpo de la Guardia Revolucionaria y medios estatales.
Sin embargo, los países de la UE no han catalogado a la Guardia Revolucionaria como un grupo “terrorista”, pese a los llamamientos de Alemania y otros Estados del bloque para dar ese paso.
Irán ya ha advertido a la UE sobre las consecuencias que tendría tal clasificación, y algunos funcionarios europeos temen que tal decisión pueda acabar con los intentos de reactivar el acuerdo de 2015 sobre el programa nuclear iraní, una iniciativa mediada por Bruselas.
“Creo que no es una buena idea, porque impide avanzar en otros temas”, declaró un alto funcionario de la UE.
Sangriento brazo armado del régimen
La fuerza del régimen de Irán nació en 1979 tras la Revolución Islámica que depuso al Sha de Persia e instauró el actual régimen teocrático dirigido por los ayatolás.
También conocida como pasdaran (“guardianes” en farsi), esta fuerza paramilitar fue pensada como una rama de las Fuerzas Armadas de Irán encargada de proteger precisamente el régimen teocrático y la república islámica, a diferencia del rol más tradicional de protección de fronteras del ejército, la marina y la fuerza aérea.
Su existencia está amparada en el artículo 150 de la Constitución de Irán, y se trata de una de las formaciones más poderosas del estado persa y una de sus más políticamente motivadas.
Se cree que actualmente cuenta con más 120.000 miembros destinados a unidades terrestres, navales y aéreas, y la Fuerza Quds, que es su división de operaciones en el extranjero. Además, controla a las milicias Basij, que suman otros 90.000 miembros.
Su vinculación como patrocinador del terrorismo y su rol desestabilizador acusado por Estados Unidos, que en 2019 la designó como organización terrorista, están relacionados a las acciones de la Fuerza Quds, que dirige precisamente las operaciones iraníes en Siria, Irak, Afganistán y el Líbano, entre otros países. En este rol, la Fuerza Quds apoya y entrena a los grupos terroristas Hezbollah en el Líbano, y Hamas y Yihad Islámica en la Franja de Gaza, además de las milicias hutíes en Yemen y a distintos grupos chiitas en Siria y Afganistán.
El grupo también está vinculado al desarrollo del programa atómico iraní y su costado militar.
Pero más allá de estas actividades, la fuerza es una organización compleja que mantiene roles sociales, económicos, políticos y militares, controlando mediante una brutal represión y numerosas violaciones a los derechos humanos a la sociedad iraní, y exportando los principios de la Revolución Islámica al extranjero.
(Con información de AFP)
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