El rey Carlos III ha propuesto al Gobierno británico este jueves ceder “al bien público” parte de los ingresos que le corresponderían a través de la Subvención soberana que percibe el monarca anualmente para sufragar los palacios y compromisos oficiales.
Michael Stevens, encargado de las finanzas monárquicas, ha escrito al primer ministro británico, el conservador Rishi Sunak, y al de Economía, Jeremy Hunt, para pedir que “se reduzca apropiadamente” esa cantidad, que se nutre de los beneficios de la explotación de las históricas propiedades y tierras reales, que desde el siglo XVIII administra el Estado.
A cambio, el rey de turno recibe una subvención que es actualmente del 25 % del rendimiento de ese “Crown Estate” (bienes de la corona), lo que se cifró el año pasado en 86,3 millones de libras (106 millones de dólares).
La gestora del Crown Estate ha anunciado hoy un acuerdo para que algunas de sus tierras se utilicen para seis nuevos parques eólicos marinos en varias partes del Reino Unido, lo que se calcula que reportará un beneficio anual de 1.000 millones de libras (1.233 millones de dólares) durante al menos tres años.
Estos acuerdos consolidarán al Reino Unido como el segundo mayor productor de energía eólica marina del mundo detrás de China, informó la institución en un comunicado.
Los seis nuevos parques -tres frente a la costa oeste inglesa y galesa y tres en el mar del Norte al este- añadirían 8 gigavatios de electricidad renovable de aquí a 2030 y serán capaces de suministrar energía a más de siete millones de hogares.
Esto “demuestra al mundo que el sector eólico marino británico crece a buen ritmo para ayudar a afrontar el reto climático”, afirmó Gus Jaspert, responsable del Crown Estate.
Carlos III propone reducir la proporción de estos nuevos ingresos que vayan a parar a la Subvención real -de modo que buena parte se los quede el Estado-, lo que seguramente se reflejará en la cantidad que reciba en el ejercicio 2024-25.
El Reino Unido cuenta actualmente con casi 14 gigavatios de capacidad eólica instalada en decenas de emplazamientos marinos, según el organismo RenewableUK, y el gobierno británico espera alcanzar los 50 gigavatios a finales de esta década en línea con sus compromisos de lucha contra el cambio climático.
El Crown Estate es propietario y gestor de la mayor parte de los fondos marinos del Reino Unido y encargado de adjudicar los derechos de extracción de sus recursos.
El soberano trata con esta medida de sintonizar con la población en medio de una crisis por la alta inflación y coincide también con la reciente publicación de las memorias de su hijo menor, Enrique, que han revelado detalles negativos de la familia real.
Por otra parte continpua la controversia en la familia real por la publicación del libero del príncipe Harry. Los miembros de la familia real parecen hacer caso omiso a la publicación de “Spare” (“En la sombra”), el libro autobiográfico del príncipe Harry. En medio de las múltiples polémicas que sus críticos relatos suscitaron en pocos días, los miembros de la realeza británica se mantienen al margen de ello y continúan con sus actividades.
La semana pasada se vio al príncipe William junto a su esposa Catherine durante su recorrida por organizaciones benéficas y un hospital. Ambos se mostraron relajados durante su paso por el Royal Liverpool University Hospital, a pesar de haber sido interpelados por un hombre en las afueras del establecimiento que les consultó: “¿Planean comentar sobre el libro de Harry?”.
La pareja, sin embargo, ignoró la pregunta y continuó con su visita por la sala de cuidados intensivos, mientras conocían a las enfermeras que atienden a los pacientes de esa unidad y posaron para unas fotos.
Por su parte, el rey Carlos III también fue visto en público en las últimas horas tras la publicación de la obra. En su caso, viajó a Escocia para reunirse con grupos que ayudan a combatir el aislamiento rural.
(Con información de EFE)
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