Ucrania acusó a Rusia de tratar de encubrir sus crímenes de guerra ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a través de campañas de desinformación en el seno del organismo.
El señalamiento de Kiev llegó después de que el representante ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, aseguró que el Gobierno ucraniano estaba preparando iniciativas para “eliminar por completo” a la Iglesia Ortodoxa ucraniana.
El representante ucraniano ante Naciones Unidas, Sergei Kislitsia, afirmó que es “lamentable” que su homólogo ruso, Vasili Nebenzia, “sea capaz de abusar de su asiento permanente para hacer que el Consejo escuche sus narrativas de desinformación”.
“Moscú todavía intenta desviar la atención del Consejo de las amenazas reales a la seguridad derivadas de su agresión”, declaró.
Kislitsia sostuvo que la libertad de religión es un derecho humano, tal y como está recogido en varios documentos de organismos internacionales.
Sin embargo, denunció que durante la guerra las tropas rusas han destruido más de 270 iglesias y edificios sagrados.
“Dondequiera que viene Rusia, termina la libertad religiosa”, destacó, agregando que el país tortura a cristianos ortodoxos, encarcela a musulmanes, obliga a huir a los protestantes y persigue a los testigos de Jehová.
El representante ucraniano criticó que el Consejo de Seguridad “debe usarse para abordar amenazas reales a la paz y la seguridad internacional, amenazas que cobran la vida de personas inocentes en toda Ucrania”.
Previamente, Nebenzia criticó que la Administración de Volodimir Zelensky esté “preparando una serie de nuevas iniciativas, cuyo objetivo es discriminar a las comunidades y creyentes de la Iglesia ortodoxa ucraniana, despojarla de su nombre histórico y legal, e incluso eliminarla por completo”.
Explicó que Ucrania está “al borde de un conflicto interconfesional a gran escala que la Historia de la Europa moderna aún no ha visto”. Precisó, además, que Kiev con el apoyo occidental, ha establecido un plan para “socavar” a la Iglesia.
En casi un año de guerra, más de 9.000 civiles han sido asesinados en Ucrania, incluidos 453 niños, por las tropas de Vladimir Putin, aseguró Andriy Yermak, alto asesor presidencial ucraniano.
“No perdonaremos ni un solo (acto de) tortura o vida quitada. Cada criminal será responsable”, aseguró Yermak, quien además reiteró que su país exige la conformación de un tribunal internacional especial para juzgar los crímenes de guerra cometidos por Rusia.
El asesor también pidió reparaciones por la destrucción causada por la invasión de Rusia.
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos dijo el lunes que más de 7.000 civiles han muerto en Ucrania desde que Rusia invadió.
“La mayoría de las víctimas civiles registradas fueron causadas por el uso de armas explosivas con efectos de área, incluidos bombardeos de artillería pesada, sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes, misiles y ataques aéreos”, señaló un comunicado de la ACNUDH.
La oficina de derechos humanos de la ONU dijo que había confirmado la muerte de 7.031 civiles, pero cree que el número real de víctimas es “considerablemente mayor”, ya que muchos informes están a la espera de ser corroborados, y la inaccesibilidad de las zonas donde se están produciendo intensos combates.
La mayoría de las muertes de civiles registradas se produjeron en zonas de Ucrania controladas por el Gobierno: 6.536, frente a las 495 registradas en zonas controladas por Rusia. El ACNUDH no atribuyó la responsabilidad de las muertes.
Ucrania, en tanto, afirma que el número de civiles muertos podría ascender a decenas de miles. Ambos países niegan haber atacado a civiles.
Por su parte, fuentes del Servicio Estatal de Emergencias informó este lunes que las víctimas mortales por el lanzamiento de un misil ruso contra un edificio residencial en la localidad de Dnipro se elevan a 40, entre ellas tres niños, mientras que 46 personas permanecen desaparecidas tras el ataque, que ha causado 75 heridos.
(Con información de Europa Press)
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