El cardenal Angelo Becciu, principal imputado en un juicio en el Vaticano por supuestas irregularidades financieras, volvió a ser acusado por la ex consultora Francesca Chaoqui durante un programa televisivo en el que incluso se reveló un comprometedor audio de un antiguo colaborador del alto prelado.
Becciu está acusado de malversación, apropiación indebida y también de haber montado una especie de diplomacia paralela en un juicio que desde julio de 2021 trata de esclarecer supuestas irregularidades en la Secretaría de Estado vaticana, de la que fue número dos hasta 2018.
El juicio en el tribunal penal de la ciudad-estado se originó en la inversión de 350 millones de euros de la Santa Sede en una propiedad residencial londinense. Los fiscales han acusado a 10 personas, alegando que monseñores y corredores del Vaticano desplumaron a la Santa Sede con decenas de millones de euros en honorarios y comisiones, y luego extorsionaron a la Santa Sede con 15 millones de euros para obtener el control total de la propiedad.
Chaouqui es una polémica experta en relaciones públicas conocida en el Vaticano por haber sido consultora en la reforma económica de la Santa Sede y acabar condenada en 2016 por la filtración de documentos confidenciales en el caso “Vatileaks2″.
En una entrevista este lunes en el programa “Non è l’arena” del canal italiano La7, Chaouqui reiteró que fue Becciu quien quiso su captura y luego su condena, en la que habría sido una venganza del cardenal por los intentos de la consultora de querer arrojar luz sobre las operaciones financieras más opacas realizadas en la Santa Sede.
“Cualquiera que quisiera denunciar sus fechorías era destruido en los medios de comunicación. Quizá sea la mujer más odiada de Italia por haber pasado por este tratamiento”, dijo Chaouqui, ex integrante de la Cosea, la comisión económica del Vaticano.
En 2015 la mujer fue acusada de haber filtrado a periodistas documentos confidenciales, acabó siendo investigada y posteriormente también detenida, a pesar de estar embarazada en ese momento. Fueron, contó Chaoqui en la entrevista, “los peores años de mi vida”.
Chaouqui dijo que pedirá la revisión del proceso ante la aparición de “nuevas pruebas” en su favor, mientras que el que se sigue contra Becciu continúa, conmocionando a las altas jerarquías vaticanas.
El audio que comprometería a Becciu
Entre las armas con las que se está librando esta guerra intestina en el Vaticano se encuentra un audio inédito difundido por “Non è l’Arena” en el que un antiguo colaborador de Becciu, monseñor Alberto Perlasca, habla de los métodos poco ortodoxos utilizados por el cardenal, incluso para gestionar los flujos de dinero, como ocurrió en relación con el pedido de rescate por una monja secuestrada en Colombia, que ascendía a 500.000 euros.
“Becciu me habló de este rescate y de que el pago lo quería el Santo Padre, me dio datos bancarios y cuotas, me recomendó que la operación no se hiciera a través del Ior [el banco vaticano] para no hacer aparecer a la Santa Sede”, dice Perlasca en el audio. “Las transferencias comenzaron desde Londres y luego se descubrió que se trataba de una mujer y que una empresa había sido creada por una mujer en Eslovenia y el dinero también se utilizó para comprar bienes”.
En el audio Perlasca, quien fuera responsable administrativo de la Secretaría de Estado hasta 2019, parece estar leyendo algo escrito. Chaouqui admitió que propuso a monseñor grabar lo que describe como “sus reflexiones”.
Por otro lado, los contactos entre Chaouqui y Becciu también fueron abundantes y frecuentes, ya que intercambiaron más de 150 mensajes en total. Ella los justificó con su necesidad de vincularse con el hombre que estaba destruyendo su reputación.
Varios expertos en cuestiones vaticanas señalaron que la entrevista mostró que las tensiones en el Vaticano siguen siendo muy fuertes y el enfrentamiento entre facciones no se detiene.
El “juicio del siglo”
Chaouqui ya había hecho públicas sus acusaciones contra Becciu durante una audiencia del juicio el pasado viernes, una de las más esperadas del “juicio del siglo” en el Vaticano.
En la audiencia, la número 44, Chaoqui acudió con una carpeta con miles de documentos para acusar al cardenal pero también emergieron sus presiones a Perlasca.
Perlasca figuraba inicialmente entre los principales sospechosos, pero cambió su versión en agosto de 2020 y empezó a cooperar con los fiscales, culpando a Becciu de la inversión en Londres y de otros gastos cuestionables.
En la audiencia se supo que Chaouqui intentó presionar a Perlasca para lograr una rehabilitación del papa tras su condena, para poder trabajar en el Vaticano, un propósito para el que necesitaba que Becciu “hiciera de puente”.
Sobre esto, emergió un mensaje en el que decía a Perlasca: “Yo se todo de ti, de tus relaciones, que bebes más de lo debido, tengo fotos, videos, testigos, quisiera podría destruirte”.
Por su parte, Becciu reconoció haber escrito una carta al mismo pontífice para reprocharle que permitiera que Chaouqui, condenada por las filtraciones, participara en una audiencia general en el Vaticano en agosto de 2017, apenas un año después de su sentencia.
Becciu leyó en voz alta la carta que escribió a Francisco el 19 de agosto de 2022 después de ver fotos de Chaouqui siendo recibido por Francisco durante una audiencia general el día anterior.
Becciu recordó que ya en 2017, tras el juicio por el caso Vatileaks, Francisco le había dicho a Becciu: “No debes mencionar nunca más el nombre de esta mujer” y le había reafirmado la prohibición de entrar en territorio vaticano.
“Con el gesto de ayer usted, Santo Padre, rompió su tan proclamado compromiso de neutralidad en el juicio”, escribió Becciu al pontífice. “Recibiéndola ha mostrado solidaridad con ella y un apoyo indirecto a sus tesis acusatorias contra mí. En términos procesales su acto no será visto como emanado del Papa, sino del Primer Magistrado del ordenamiento jurídico del Estado Vaticano, y por tanto como una injerencia en el proceso.”
Pero también porque el encuentro implicó una legitimación de la mujer, según Becciu: “Con el besamanos de ayer he sido desmentido públicamente y la señora tendrá más fuerza para seguir demoliéndome con todos los satánicos medios de los que es capaz”, escribía.
Francisco, el mismo día, envió una carta de disculpa a Becciu en la que decía que sólo había aceptado recibirla porque se lo habían pedido.
Aseguró que “casi había olvidado” la historia de Chaouqui y que no tenía ni idea de que estaba implicada en el juicio en curso.
“Le pido perdón y le pido disculpas si esto le ha ofendido y herido”, escribió Francisco. “Es sólo culpa mía, también de la costumbre de olvidar cosas desagradables. Por favor, perdóname si te he ofendido”.
Por otro lado, Becciu denunció que Chaouqui tiene “algo” en su contra y negó haber sido él quien ordenara su arresto en 2015 tras la fuga de noticias.
El segundo testigo que declaró el viernes en el Tribunal vaticano fue una amiga de la familia de Perlasca, Genoveffa Ciferri, y al parecer instigadora, junto a Chaouqui, de las acusaciones contra el cardenal.
Aseguró que este “desde hace años tiene bajo su puño” a Perlasca, que ejerció “presión psicológica para silenciarlo”, temió incluso que pudiera ser “eliminado” y se despidió del purpurado diciéndole: “Seré su enemiga como un ejército en batalla”.
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