Un tribunal de Minsk inició hoy el juicio en ausencia contra la líder opositora bielorrusa en el exilio Svetlana Tijanóvskaya y otros miembros del Consejo de Coordinación para una transición democrática en Bielorrusia, acusados entre otros cargos de haber conspirado para tomar el poder por vías anticonstitucionales.
Todos los acusados, -Tijanóvskaya, el ex ministro de Cultura Pavel Latushko, Olga Kovalkova y Sergei Dylevsky-, se encuentran en el exilio en Lituania o Polonia y son juzgados por tanto en ausencia.
“No es un juicio, sino la venganza de Lukashenko no solo contra mí sino contra todos los bielorrusos que lucharon por la libertad en 2020 y después”, señaló Tijanóvskaya en un video en Twitter.
Tijanóvskaya, que se considera la legítima ganadora de las elecciones presidenciales de 2020, calificadas de fraudulentas por la oposición y Occidente, y que desataron las mayores protestas en la historia de Bielorrusia, es acusada de diez cargos.
Entre ellos, haber conspirado para tomar el poder estatal por medios anticonstitucionales, preparado la toma de edificios y estructuras estatales, planificado la participación en disturbios, creado grupos extremistas y su liderazgo, y haber hecho llamamientos públicos a la toma del poder y a otras acciones destinadas a causar perjuicios a la seguridad nacional.
La Fiscalía también la acusa de acciones deliberadas dirigidas a incitar la discordia social y de haber prestado asistencia a estados extranjeros y organizaciones internacionales “en actividades destinadas a causar daño a la seguridad nacional”.
“El dictador no entiende que el problema no soy yo, sino él. Es él quien perdió las elecciones, tomó el poder, aterrorizó a la población, vendió la soberanía de los bielorrusos a Rusia y arrastró al país a la guerra” en Ucrania, sostuvo Tijanóvskaya.
La líder opositora denunció que desde 2020 el sistema judicial en su país “se ha convertido en una máquina de represión y terror” y, según ella, de este juicio en ausencia “no se puede esperar justicia” cuando “ni siquiera se informa a los acusados de lo que se les imputa”.
“Pero no nos sorprendamos: cuando pueden llevar a juicio a un premio nobel no hay crimen que no cometan para mantenerse en el poder. Porque esto es un delito, al igual que la tortura y el trato inhumano en los centros de detención, las ejecuciones extrajudiciales de los opositores y el terror en las calles de Bielorrusia”, recalcó.
Se refirió al juicio que se celebra actualmente en Bielorrusia contra el fundador de la organización de derechos humanos Viasná, Ales Bialiatski, galardonado en 2022 con el Premio Nobel de la Paz.
“Todos sabemos quién debería estar siendo juzgado: el dictador Lukashenko y sus compinches”, insistió.
Tijanóvskaya enfatizó que ella y el resto de los miembros del Consejo Coordinador continuarán “luchando para traer de vuelta la justicia real, para liberar a todos los presos políticos y para asegurarnos de que aquellos que cometen crímenes contra nuestro pueblo rindan cuentas”.
El también miembro del presídium del Consejo de Coordinación, Pavel Latushko, ministro de Cultura entre 2009 y 2012, calificó el juicio en declaraciones a Radio Svoboda de “circo”, en el que recalcó que no piensa participar.
Las protestas tras las elecciones presidenciales en las que el dictador Alexandr Lukashenko se atribuyó su sexto mandato, fueron reprimidas violentamente entre denuncias de torturas.
En total hay 1.438 presos políticos en Bielorrusia entre blogueros, empresarios, activistas, manifestantes y aspirantes a candidatos presidenciales, entre ellos el marido de Tijanóvskaya, Serguéi Tijanovski, según Viesná.
En diciembre Lukashenko conmutó o redujo las penas de 4.500 presos en el marco de una ley de amnistía, pero ninguno había sido detenido en las protestas contra el fraude electoral.
Con información de EFE
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