La ONG de la Agencia de Noticias de Activistas por los Derechos Humanos (HRANA) elevó a 522 los fallecidos en Irán desde el estallido de las protestas por la muerte bajo custodia en septiembre del año pasado de la joven kurda iraní Mahsa Amini, detenida presuntamente por llevar mal puesto el velo islámico.
HRANA, con sede en Estados Unidos y especializada en el seguimiento de la situación humanitaria en la república islámica, estima que entre los fallecidos hay 70 menores y 68 policías y responsables de las fuerzas de seguridad iraníes.
HRANA también detalla casi 20.000 detenidos, entre ellos 110 que se arriesgan a ser condenados a muerte según las leyes islámicas. Hasta ahora han sido ejecutados cuatro condenados en relación a estas manifestaciones.
Por su parte, la ONG Iran Human Rights mantiene el balance de fallecidos publicado hace cinco días: 481 muertos, entre ellos 64 niños y 35 mujeres.
El régimen iraní no se ha pronunciado sobre estas cifras ni sobre los informes de las ONG al respecto.
Condenas a muerte
En sus intentos de reprimir las protestas, Irán emitió ya 16 condenas a muerte y ejecutó a cuatro personas, pese a los llamamientos internacionales para anular esas sentencias, emitidas en juicios calificados como “farsas” por varias autoridades y organismos internacionales, además de la ONG Human Rights Watch.
Varias de las condenas han sido por el delito de “moharebe” o “enemistad con dios”, en su mayoría contra personas acusadas de haber matado a “basijis” -milicianos islámicos- que participaron en la represión de las protestas, aunque también los hay por herir a policías o bloquear calles.
Activistas iraníes denuncian que los juicios se están celebrando a puerta cerrada, en tiempo récord, con confesiones obtenidas bajo tortura y en muchos casos sin abogados presentes.
HRW denunció que hay más de 15.000 manifestantes bajo custodia, detenidos en prisiones sobrepobladas y sin acceso a un “debido proceso”, y sin que las autoridades investiguen “las numerosas acusaciones de tortura o la rutinaria restricción de los detenidos a la asesoría legal”.
Entre ellos hay “cientos de defensores de los derechos humanos, activistas, periodistas y abogados detenidos por su disidencia pacífica o por apoyar a las protestas”.
Este tipo de represión también se ha dado en Irán en otras protestas vinculadas a huelgas laborales y protestas contra el alza de los precios.
HRW también denunció el incremento del número de ejecuciones vinculadas a delitos relacionados con las drogas (al menos 130).
En este contexto, la ONG subrayó que en Irán las mujeres afrontan graves discriminaciones en temas relativos al matrimonio, divorcio, herencia y decisiones sobre la patria potestad, mientras que los casos de feminicidio se están reportando cada vez más sin que haya normas para prevenir los abusos y proteger a las supervivientes.
(Con información de Europa Press y EFE)
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