El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, reveló que ya son 30 las personas muertas en la explosión de un misil ruso en un edificio residencial de Dnipro y ha asegurado que se desconoce “el destino” de otra treintena que podría encontrarse en su casa en el momento del impacto.
”Decenas de personas fueron rescatadas de los escombros, incluidos seis niños. ¡Estamos luchando por cada persona! La operación de rescate durará mientras exista la más mínima posibilidad de salvar vidas”, ha afirmado en su habitual discurso televisivo.
El mandatario ucraniano detalló que entre las 30 víctimas mortales se encuentra una niña de 15 años y que dos niños perdieron a sus padres.
Según la presidencia ucraniana, entre 100 y 200 personas se quedaron sin casa tras este ataque, y unos 1.700 residentes de Dnipro sin electricidad ni calefacción.
En total, “el enemigo efectuó tres ataques aéreos y unos cincuenta disparos de misiles en la jornada” del sábado, precisó el Estado Mayor del ejército ucraniano. “Los ocupantes lanzaron 50 ataques con lanzamisiles múltiples”.
El ataque intencional contra la población civil, como el bombardeo deliberado de un edificio de viviendas, es un crimen de guerra.
El Gobierno de Zelensky, las potencias occidentales y los organismos de derechos humanos acusan a las tropas de Putin de haber cometido al menos 22 de los crímenes y violaciones graves de las leyes y costumbres aplicables en los conflictos armados internacionales que aparecen en el artículo 8 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. El crimen que más se repite es el ataque deliberado contra la población civil.
Tanques del Reino Unido
Tras estos nuevos bombardeos contra instalaciones energéticas, gran parte de las regiones del país registraron cortes de electricidad.
“¿Es posible parar el terror ruso? Sí, es posible. ¿Se puede hacer de otra forma que no sea en el campo de batalla en Ucrania? Desgraciadamente, no”, dijo el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky.
“El mundo debe detener este mal”, insistió el mandatario, reiterando su pedido a los países occidentales para tener más armas.
El Reino Unido prometió el sábado suministrar “en las próximas semanas” 14 tanques Challenger 2 a Ucrania.
Esta entrega refleja “el compromiso del Reino Unido de intensificar su apoyo a Ucrania”, dijo el primer ministro británico, Rishi Sunak, al líder ucraniano en una conversación telefónica.
El Reino Unido se convirtió en el primer país en enviar a Ucrania este tipo de carros de combate. Zelensky agradeció la decisión de Londres, que “no sólo nos fortalecerá en el campo de batalla, sino que también envía la señal correcta a otros socios”.
La diplomacia rusa reaccionó al anuncio asegurando que la decisión sólo “intensificará” el conflicto, “generando más víctimas, incluso entre la población civil”.
Los aliados de Kiev ya habían entregado cerca de 300 carros soviéticos modernizados, pero nunca tanques pesados de fabricación occidental.
“Disciplina estricta”
En el frente, la localidad de Soledar, en el este de Ucrania, sigue “bajo control” ucraniano, aseguró el sábado el gobernador de la región de Donetsk, Pavlo Kirilenko. “Los combates siguen en la ciudad y en el exterior”.
Soledar, a unos 15 km de Bakhmut, es uno de las zonas “más calientes” del conflicto, dijo en la televisión.
Según el Institute for the Study of War, con sede en Estados Unidos, “es bastante improbable que las fuerzas ucranianas puedan mantener las posiciones en la misma localidad de Soledar”.
A mediados de semana, el grupo paramilitar ruso Wagner reivindicó el control de la ciudad pero cuando el ministerio de Defensa ruso aseguró que había capturado Soledar unos días más tarde, no mencionó a Wagner. Más tarde, sin embargo, el ministerio publicó un comunicado destacando la “valentía” de las fuerzas de Wagner.
La toma de Soledar significaría una importante victoria simbólica militar para Moscú, después de los reveses encajados por sus tropas desde septiembre.
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