Japón tiene previsto comenzar a liberar este año al mar más de un millón de toneladas de agua tratada de la accidentada planta nuclear de Fukushima, informó este viernes una fuente del gobierno.
El plan fue respaldado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), pero el gobierno nipón aguardará “un informe amplio” de la ONU antes de expulsar el agua, le expresó a un grupo periodistas el secretario del gabinete, Hirokazu Matsuno.
Los sistemas de enfriamiento de la planta se vieron desbordados en 2011 cuando un potente terremoto submarino provocó un tsunami que causó el peor accidente nuclear desde Chernóbil.
El sitio generó 100 metros cúbicos de agua contaminada por día entre abril y noviembre del año pasado, una combinación de aguas del suelo, marina y lluvia que se mezclaron con el agua de enfriamiento.
El líquido es filtrado para eliminar radionúclidos y trasladada a tanques de almacenamiento, que ya acumulan más de 1,3 millones de metros cúbicos y el espacio se agota.
“Esperamos que la liberación se haga en algún momento entre la primavera y el verano, después de que se completen y prueben las instalaciones de liberación y se publique el informe completo del OIEA”, indicó Matsuno.
Esta medida alarga el plan inicial de la Compañía Eléctrica Tokyo Power (Tepco), que apuntaba como objetivo iniciar las labores de expulsión de aguas en la primavera de este año, después de filtrarlas con la intención de diluirlas en agua salada y echarlas al mar.
“Reconocemos que el Gobierno ha dado un rango de primavera a verano después de considerar exhaustivamente varios procesos. Continuaremos apuntando a la primavera para completar la construcción y crear un sistema que pueda operar con firmeza”,explicó el presidente de Tepco, Tomoaki Kobayakawa.
Las autoridades niponas explicaron que hay “esfuerzos para fomentar la comprensión” con los residentes locales, ya que esta decisión levantó críticas, sobre todo entre los pescadores de la región por el posible impacto en sus economías.
Tomoaki consideró que la comunidad local necesita “explicaciones detalladas y cuidadosas”, ya que se “enfrentan a diversas inquietudes” ante la “falta de comprensión”.
Pese a las precauciones, pescadores de la región temen que la liberación del agua manche la reputación de su producto, después de que han dedicado años a restablecer su credibilidad mediante pruebas estrictas.
La empresa que opera la planta asegura que el agua tratada cumple los parámetros nacionales de niveles radionúclidos, con excepción de un elemento, el tritio, que según los expertos solo es dañino para humanos a gran escala.
El plan es diluir el agua para reducir los niveles de tritio y liberarla en el mar a lo largo de varias décadas mediante un ducto submarino de un kilómetro de extensión.
El OIEA aseguró que la liberación cumple los parámetros internacionales y “no causará ningún daño al ambiente”.
Países vecinos como China y Corea del Sur, así como Greenpeace y otras organizaciones, criticaron el plan.
El desastre ocurrido en marzo de 2011 en el noreste de Japón dejó unos 18.500 muertos o desaparecidos, en su mayoría víctimas del tsunami.
A pesar de que el sistema de seguridad de la planta respondió adecuadamente tras el simos, al contrario de lo que sucedió en Chernóbil en 1986, las olas de unos quince metros de altura golpearon la central y provocaron inundaciones que llevaron a tres fusiones nucleares y a la liberación de grandes cantidades de contaminación radiactiva.
(Con información de AFP y Europa Press)
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