El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, condenó este lunes en rueda de prensa las recientes ejecuciones y condenas de manifestantes detenidos durante las numerosas protestas que han estallado en Irán tras la muerte bajo custodia de la joven Mahsa Amini.
“Este es solo el ejemplo de la brutalidad de un Gobierno en Irán que está aplastando la dignidad de su propio pueblo, su libertad para hablar y, en este caso, sus vidas. Robar la vida de las personas para protestar pacíficamente es abominable”, dijo.
Asimismo, Sullivan indicó que Washington apoya al pueblo iraní, así como “su deseo de expresar sus propios derechos y dignidad”. “Lo seguiremos haciendo y continuaremos imponiendo costes por ello junto con nuestros aliados y socios”, agregó.
Por otro lado, señaló que Estados Unidos está buscando una “variedad de medios” para interrumpir la cooperación militar entre Teherán y Moscú en el marco de la guerra, especialmente por la venta de drones iraníes que se utilizan “para matar civiles en Ucrania”.
“Desde nuestro punto de vista, (esto) coloca a Irán en un lugar donde podría estar cometiendo y contribuyendo a crímenes de guerra generalizados”, explicó en rueda de prensa Sullivan ante las transacciones entre Irán y Rusia.
Otro condenado a muerte
Este lunes el régimen de Irán condenó a muerte a otras tres personas, acusadas de asesinar a tres miembros de las fuerzas de seguridad durante las protestas desencadenadas por la muerte de Mahsa Amini, informó el lunes el poder judicial.
La república islámica se ha visto sacudida por disturbios civiles desde la muerte, el 16 de septiembre, de la iraní de origen kurdo Amini, de 22 años, tras su detención por violar supuestamente el estricto código de vestimenta iraní para las mujeres.
Las últimas sentencias, que aún pueden recurrirse, elevan a 17 el número total de personas condenadas a muerte en relación con los más de tres meses de protestas.
Cuatro de los condenados han sido ejecutados y otros dos están en el corredor de la muerte tras ser confirmadas sus sentencias por el Tribunal Supremo del país.
Saleh Mirhashemi, Majid Kazemi y Saeed Yaghoubi fueron condenados a muerte por “moharebeh”, o “guerra contra Dios”, según la ley islámica iraní, informó el sitio web de noticias Mizan Online.
Además, todos fueron declarados culpables de pertenecer a un “grupo criminal con la intención de perturbar la seguridad del país”, cargo que conlleva una pena de 10 años de cárcel.
Otros dos fueron condenados a penas de prisión por el incidente que provocó la muerte de los tres miembros de las fuerzas de seguridad en la provincia central de Isfahan el 16 de noviembre, según Mizan.
Uno de ellos es el futbolista profesional Amir Nasr-Azadani, de 26 años, condenado a un total de 26 años de prisión por tres cargos distintos, entre ellos el de colaborar en el “moharebeh”.
El sábado, Irán ejecutó a Mohammad Mehdi Karami y Seyed Mohammad Hosseini por matar a un miembro de las fuerzas paramilitares en noviembre, en Karaj, al oeste de Teherán.
Otros dos hombres, Mohsen Shekari y Majidreza Rahnavard, fueron condenados a muerte en diciembre por otros atentados contra las fuerzas de seguridad.
Las ejecuciones han provocado la indignación mundial y nuevas sanciones occidentales contra Teherán.
Según el grupo de derechos humanos Amnistía Internacional, con sede en Londres, Irán es el segundo país después de China en el uso de la pena de muerte, con al menos 314 personas ejecutadas en 2021.
Con información EP
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