A raíz de las protestas en Irán, ya son más de 80 los periodistas detenidos en el país persa, entre ellos, Mehdi Beikoghli, director del diario reformista Etemad.
Según anunció el periódico en su sitio web, Beikoghli fue arrestado este jueves luego de que realizara una serie de entrevistas con familiares de quienes han sido condenados a muerte por su participación en estos “disturbios”, según los calificó el régimen persa.
“Mehdi Beikoghli, jefe del departamento político del diario Etemad, fue detenido anoche”, anunció el periódico, a lo que se suma un mensaje publicado en Twitter por su esposa, en el que indica que su teléfono móvil, su ordenador y sus efectos personales fueron incautados al momento del arresto.
Con este hecho, la cantidad de periodistas y fotoperiodistas detenidos por realizar su trabajo en el marco de las revueltas que tienen lugar en el país desde mediados de septiembre, ya ha superado los 80. Esto ha alertado a organismos que abogan por los derechos humanos y que dan cuenta de cada vez más dificultades a la hora de ejercer la profesión.
El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) indicó en un comunicado difundido en las últimas horas de este viernes que esta situación expone que “la posibilidad de ejercer el periodismo en el país se encuentra gravemente restringida”.
Otro caso que cobró gran trascendencia fue el de las periodistas Nilufar Hamedi y Elahé Mohammadi, quienes fueron las primeras en cubrir la detención y muerte de Mahsa Amini y, hasta el día de hoy, permanecen detenidas en el penal de Evin -al norte de Teherán- donde suelen ser enviados los presos políticos.
Hamedi trabaja para el diario reformista Shargh y está tras las rejas desde el 20 de septiembre, cuando visitó el hospital en el que la joven kurda pasó sus últimas horas antes de morir.
Mohammadi, por su parte, se desempeña en el periódico Ham Mihan y fue detenida nueve días más tarde, el 29 de septiembre, luego de su viaje a Saquez, ciudad de origen de Amini y donde tuvo lugar una ceremonia en su memoria al igual que el funeral.
Ambas fueron acusadas el 8 de noviembre de propaganda contra el Estado y de conspirar en contra de la seguridad nacional. Ambos delitos son condenados con la pena capital que, en Irán, admite la ejecución. Hasta el momento, el régimen ya ha condenado a casi una veintena de manifestantes a esta misma pena -acusados de ser ‘moharebe’ y difundir el pánico entre la población- e, incluso, ya ha ejecutado a dos jóvenes.
Por su parte, el 18 de diciembre la justicia iraní dispuso la detención de Mohammad Ali Kamfirouzi, abogado de ambas periodistas entre otros activistas y profesionales, sin ninguna citación previa al accionar de las fuerzas de seguridad y sin tampoco comunicarle los cargos que le eran imputados.
Asimismo, la detención se dio sin ningún tipo de formalidad o marco legal, tal como suele ocurrir en estos casos, cada vez más habituales.
Este hecho evidenció que esta profesión también está fuertemente amenazada en el país, con más de 25 abogados detenidos desde que estallaron las protestas en Irán.
(Con información de AFP y Europa Press)
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