Los restos del pontífice fallecido con 95 años, ya descansan en la cripta de la basílica de San Pedro del Vaticano, tras un entierro que culminó los últimos cinco días de exequias por su muerte
El papa Francisco destacó la “sabiduría, delicadeza y entrega” que Benedicto XVI “supo esparcir a lo largo de los años” en la homilía de la misa funeral por el pontífice emérito que celebró hoy ante decenas de miles de fieles en la plaza de San Pedro del Vaticano.
El féretro con los restos mortales del papa emérito fue llevado desde la plaza de San Pedro, donde se expuso para la misa funeral, a las Grutas Vaticanas, donde será enterrado en la tumba que perteneció al san Juan Pablo II. Posteriormente se realizará una ceremonia privada ante los más cercanos al pontífice, un notario del Capítulo de la Basílica Vaticana redactará el acta de la sepultura y la leerá ante los presentes
El pontífice argentino presidió, en lo que es casi una circunstancia inédita en la historia de la Iglesia católica, el funeral de su predecesor, fallecido el pasado 31 de diciembre a los 95 años tras casi 10 desde su renuncia al pontificado
Unas 100.000 personas se espera que asistan a la misa funeral del papa emérito, Benedicto XVI, que se celebra este jueves en la plaza de San Pedro, entre fuertes medidas de seguridad, según la estimación de la Jefatura de la Policía de Roma.
Según el plan de seguridad aprobado por la Policía de la capital italiana, se cerrará el espacio aéreo en toda la zona y se han puesto a disposición helicópteros, francotiradores, cuerpos especiales, incluidos los de lucha contra el terrorismo, bomberos, y policía municipal. En total, habrá más de 1.000 agentes.
El papa Benedicto XVI tuvo uno de los cargos más prominentes del mundo, pero en sus últimos años de vida expresó el deseo de permanecer “oculto al mundo”. Si bien su cuerpo estuvo expuesto durante tres días de esta semana, el funeral de este jueves respetará al menos en parte sus deseos de simplicidad, pero también incluirá algo del festejo reservado para un líder de la Iglesia católica.
A las 6 de la mañana (hora local) se empezó a permitir el acceso a la plaza de San Pedro para los fieles, que lenta y ordenadamente empezaron a tomar asiento ya que no se repartieron entradas para esta ocasión sino que sólo hacía falta ponerse en la fila para entrar en el recinto.
Para acceder a la plaza de San Pedro es necesario pasar controles y por un detector de metales, y se han cerrado al tráfico y retirado todos los vehículos aparcados de las calles adyacentes al Vaticano.
También se ha potenciado el transporte público de la capital italiana para que los fieles puedan llegar más fácilmente a la plaza.