El saludo póstumo del papa Francisco a Benedicto XVI

El Pontífice encabezó la ceremonia que marca el final de la despedida del papa emérito. En su homilía en la Plaza de San Pedro remarcó los valores de su predecesor

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El pontífice despidió a su predecesor y puso fin a "la era de los dos papas"

Fue quizás el momento de mayor silencio y contrición en una colmada Plaza de San Pedro en el Vaticano. Fue cuando un grupo de doce guardias -vestidos de negro y camisa, moño y guantes blancos- llevaron lentamente y con paso marcial frente al papa Francisco el féretro de madera y zinc en cuyo interior yacían los restos de Benedicto XVI, quien murió el pasado sábado 31 de diciembre.

Allí, cuando el cortejo se detuvo frente al actual pontífice, Francisco se incorporó de su silla de ruedas, se persignó, inclinó su cabeza y posó su mano derecha sobre la superficie de ciprés que reviste el sencillo ataúd. De esta forma, dio comienzo a la despedida final de Joseph Ratzinger, el obispo alemán de 95 años.

Sabiduría y entrega

El papa Francisco destacó la “sabiduría, delicadeza y entrega” que Benedicto XVI “supo esparcir a lo largo de los años” en la homilía de la misa funeral por el pontífice emérito que celebró hoy ante decenas de miles de fieles en la plaza de San Pedro del Vaticano.

El Papa Francisco se coloca de pie mientras los portadores del féretro llevan el ataúd del ex Papa Benedicto durante su funeral, en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, este 5 de enero de 2023 (Reuters)
El Papa Francisco se coloca de pie mientras los portadores del féretro llevan el ataúd del ex Papa Benedicto durante su funeral, en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, este 5 de enero de 2023 (Reuters)

El pontífice argentino presidió, en lo que es casi una circunstancia inédita en la historia de la Iglesia católica, el funeral de su predecesor, fallecido el pasado 31 de diciembre a los 95 años tras casi 10 desde su renuncia al pontificado, y que ofició el decano del colegio cardenalicio, el italiano Giovani Battista Re y concelebraron 130 cardenales, 400 obispos y 4.000 sacerdotes.

La homilía de Francisco, que leyó sentado debido a sus problemas de rodilla, comenzó con las palabras “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”, que son las últimas que el Señor pronunció en la cruz según el Evangelio.

“También nosotros, aferrados a las últimas palabras del Señor y al testimonio que marcó su vida, queremos, como comunidad eclesial, seguir sus huellas y confiar a nuestro hermano en las manos del Padre: que estas manos de misericordia encuentren su lámpara encendida con el aceite del Evangelio, que él esparció y testimonió durante su vida”, dijo Francisco.

El papa Francisco permanece en su silla de ruedas antes de ponerse de pie para dar una bendición al féretro de Benedicto XVI en la Plaza San Pedro, donde fue su última despedida (Reuters)
El papa Francisco permanece en su silla de ruedas antes de ponerse de pie para dar una bendición al féretro de Benedicto XVI en la Plaza San Pedro, donde fue su última despedida (Reuters)
El Papa Francisco mira el féretro de Benedicto XVI durante su funeral, en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el 5 de enero de 2023 (Reuters)
El Papa Francisco mira el féretro de Benedicto XVI durante su funeral, en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el 5 de enero de 2023 (Reuters)
El Papa Francisco posa su mano sobre el féretro de Benedicto XVI durante su funeral en la Plaza de San Pedro del Vaticano, este 5 de enero de 2023 (Reuters)
El Papa Francisco posa su mano sobre el féretro de Benedicto XVI durante su funeral en la Plaza de San Pedro del Vaticano, este 5 de enero de 2023 (Reuters)

Los restos mortales de Benedicto XVI fueron colocados en el centro del atrio de la plaza vaticana, tras una procesión desde el interior de la basílica y después de que este miércoles, al cierre de una capilla ardiente que han visitado casi 200.000 personas, fueran introducidos en un féretro de madera de ciprés, como manda la tradición.

En el interior del ataúd también se han introducido las monedas acuñadas durante su pontificado, el pergamino con una breve relación de los 8 ocho años de su pontificado y los palios que lució como arzobispo de Munich y Roma.

El papa recordó las palabras de san Gregorio Magno a un amigo: “En medio de las tempestades de mi vida, me alienta la confianza de que tú me mantendrás a flote en la tabla de tus oraciones, y que, si el peso de mis faltas me abaja y humilla, tú me prestarás el auxilio de tus méritos para levantarme”.

“Es la conciencia del Pastor que no puede llevar solo lo que, en realidad, nunca podría soportar solo y, por eso, es capaz de abandonarse a la oración y al cuidado del pueblo que le fue confiado”, añadió Francisco.

El papa Francisco abraza al papa emérito Benedicto XVI a su llegada a la residencia de verano de Castel Gandolfo. 23 de marzo de 2013. REUTERS/Osservatore Romano/Archivo
El papa Francisco abraza al papa emérito Benedicto XVI a su llegada a la residencia de verano de Castel Gandolfo. 23 de marzo de 2013. REUTERS/Osservatore Romano/Archivo

Y entonces hizo referencia a que “el Pueblo fiel de Dios que, reunido, acompaña y confía la vida de quien fuera su pastor”.

“Como las mujeres del Evangelio en el sepulcro, estamos aquí con el perfume de la gratitud y el ungüento de la esperanza para demostrarle, una vez más, ese amor que no se pierde; queremos hacerlo con la misma unción, sabiduría, delicadeza y entrega que él supo esparcir a lo largo de los años”, añadió el papa hablando de Joseph Ratzinger.

“Queremos decir juntos: ‘Padre, en tus manos encomendamos su espíritu’”, añadió en esta misa que ha mantenido, excepto con pequeños cambios en las lecturas o las peticiones, la liturgia de los funerales papales.

(Con información de EFE)

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