Yevgeny Prigozhin, líder del Grupo Wagner, señalado de cometer crímenes de guerra y actos terroristas y también conocido como “el chef de Putin”, se hizo filmar durante el fin de año realizando una visita al frente de guerra en Ucrania, donde combaten sus milicianos a sueldo pagados por Vladimir Putin.
En uno de los segmentos más impactantes se lo puede apreciar mientras contabilizan una gran cantidad de cadáveres de sus soldados, envueltos en bolsas negras, mientras son apilados. Prigozhin camina por los pasillos de un edificio en ruinas, donde han esparcido los cuerpos de sus subalternos por el suelo.
Varios de los cuerpos también son descargados de camiones y aparentemente trasladados a la morgue para luego ser enterrados, según relatan algunos medios locales.
El jefe del grupo terrorista se presentó en uno de los frentes de batalla en vísperas de fin de año y aprovechó la oportunidad, como ya ha hecho en otras oportunidades, para quejarse entre líneas, por el aparente “olvido” en el que el ejército ruso tiene hacia los miembros del Grupo Wagner.
Prigozhin ha tratado de argumentar que el fracaso de su grupo de mercenarios en su intento de tomar el bastión ucraniano de Bakhmut se debe a que Ucrania tiene “500 líneas de defensa” allí.
“Cada hogar es una fortaleza”, dijo Prigozhin. “Los muchachos se pelean por (defender) cada hogar, a veces no solo por un día. A veces durante semanas más de una casa. Se llevan uno a casa, se llevan un segundo, un tercero”, dijo Prigozhin.
“Decir que (hay) 500 (líneas de defensa) probablemente no sería un error. Cada 10 metros hay una línea de defensa”, dijo Prigozhin a sus mercenarios.
El Ministerio de Defensa británico señaló que, si bien Rusia ha “aumentado la frecuencia” de los ataques alrededor de Bakhmut, “muchas de estas operaciones contaron con un apoyo deficiente”. Esto haciendo alusión a que la intensidad de los ataques en esa zona por parte del grupo de mercenarios ha disminuido considerablemente, lo que podría reflejar su fracaso en la región.
Esto último se podría evidenciar en la imágenes de Prigozhin con los cadáveres dentro de las bolsas negras que, según el asesor del Ministro del Interior de Ucrania, Anton Gerashchenko, aseguró que el jefe de los mercenarios le dice a los cuerpos: “El contrato está terminado. Hasta luego, muchachos, ¡feliz año nuevo!”.
Asimismo, el jefe de los Wagner habría visitado en vísperas del año nuevo a un grupo de prisioneros ucranianos a los que les llevaría una canasta llena de naranjas como obsequio.
“Bueno, qué, son lo mismo que nosotros: somos eslavos”, habría dicho Prigozhin, mientras le llevaba las frutas a los soldados, según reportaron algunos medios en redes sociales.
Finalmente Prigozhin, también visitó un hospital en Lugansk, en el que se encuentra un importante número de heridos del Grupo Wagner, para darles un mensaje de año nuevo.
La llegada del fin de año trajo consigo a un Putin desesperado. Un Putin que tras más de 300 días de guerra sobre Ucrania necesita terminar el año con alguna victoria. Pero el caso de la ciudad ucraniana de Bakhmut no parece serlo.
Durante el mes de diciembre, Rusia ha lanzado un asalto total sobre el territorio, que le permitiría romper las rutas de suministro de Ucrania y abriría una vía para que sus fuerzas presionaran Kramatorsk y Sloviansk, bastiones ucranianos cruciales. Sin embargo, incluso con el apoyo del mercenario Grupo Wagner, la inteligencia británica aseguró que la operación resultó en un fracaso total.
La ofensiva del Kremlin sobre Bakhmut, que data desde mayo, se transformó en una de las guerras de desgaste más sangrientas desde el inicio del conflicto, con costosas tácticas al estilo de la Primera Guerra Mundial.
Según los oficiales británicos, Rusia lanzó “frecuentes ataques a pequeña escala” que sólo significaron que “territorios no muy grandes cambiaran de manos”.
Las tropas rusas reivindicaron la captura de pueblos y zonas en la cercanía de la ciudad mientras que el municipio y parte de sus alrededores continúan bajo control ucraniano.
Es por ello que, cualquier ganancia de Moscú en este territorio significó un costo muy alto de mano de obra de las tropas mal entrenadas y el armamento, que parece insuficiente y ha llevado a Putin a -inclusive- pedir a Irán el envío de drones kamikazes.
Pero estos fracasos, que se extienden, a su vez, por todo el país, han derivado en tensiones al interior de las fuerzas rusas -especialmente, con el Grupo Wagner, que parece no reportar los progresos esperados-.
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