Estados Unidos afirmó este martes que los controles impuestos a los viajeros procedentes de China son “medidas sanitarias prudentes” y alega que China no tiene motivos para posibles represalias ante el estallido de casos de COVID-19 en el gigante asiático.
“Aquí no hay motivos para represalias solo porque los países de todo el mundo estén tomando medidas sanitarias prudentes para proteger a sus ciudadanos”, ha indicado en rueda de prensa la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, agregando que únicamente se trata de “salud pública”, según informó Bloomberg.
Estas declaraciones se producen después de que el régimen de China tachó de “inaceptables” las medidas adoptadas por algunos países para controlar la llegada de viajeros procedentes del gigante asiático, alegando que no hay argumentos científicos que justifiquen las restricciones aprobadas por gobiernos como el de Estados Unidos.
“Nos oponemos firmemente a manipular las medidas de prevención y de control de la pandemia para lograr objetivos políticos”, afirmó la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Mao Ning, en una comparecencia ante los medios recogida por la prensa oficial.
De esta forma, Beijing aseguró que se reserva el derecho a adoptar represalias, en virtud del “principio de reciprocidad” que rige las relaciones internacionales. La portavoz, no obstante, no entró en más detalles sobre estas posibles réplicas.
Respuesta de la Comisión Europea
Por su parte, la Comisión Europea ha determinado este martes que la “abrumadora mayoría” de los 27 Estados miembro de la Unión Europea están de acuerdo en realizar test de COVID-19 a los viajeros procedentes de China, por lo que han acordado un “enfoque coordinado” ante el reciente aumento de positivos en el país.
“La abrumadora mayoría de los países está a favor de las pruebas previas a la salida”, ha señalado un portavoz este martes tras una reunión del Comité de Seguridad Sanitaria, según informó la agencia de noticias DPA.
La Comisaria europea de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides, afirmó en su perfil oficial de Twitter que el consenso general está en medidas como los test para viajeros procedentes de China, así como en la intensificación del monitoreo de las aguas residuales o una mayor vigilancia de los casos.
La Unión Europea y China se acercaron el martes a un enfrentamiento político grave por la crisis del COVID-19. Beijing rechazó con vehemencia las restricciones de viaje que algunos países de la UE han empezado a imponer y que podrían ampliarse en los próximos días.
Beijing rechazó de plano una oferta de ayuda de la UE, incluidas donaciones de vacunas, al insistir en que la situación de salud en su territorio estaba “bajo control” y que las provisiones médicas eran “suficientes”, según el portavoz del gobierno, Mao Ning.
(Con información de EP)
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