El Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), la agencia nuclear de Naciones Unidas, ha denunciado la desconexión parcial de una “vital” línea de apoyo de suministro eléctrico para la central de Zaporizhzhia debido a un bombardeo que ha dañado parcialmente el sistema de tránsito.
“La línea de apoyo, de 330 kilovoltios, acabó desconectada por un bombardeo en un incidente que no hace sino poner otra vez de manifiesto la fragilidad del suministro que recibe (la central) de la parrilla eléctrica”, alertó el director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi.
El OIEA recuerda que, dado que los seis reactores de la central están apagados, las instalaciones reciben toda la electricidad necesaria para garantizar su seguridad con solo una línea externa principal de 750 kilovatios y líneas adicionales como la Ferosplavna 1, la última de estas características, que dejó de suministrar en torno a las 21.35 por un bombardeo en el río Dniéper, a cierta distancia de la planta.
Por lo demás, y si bien no se tiene constancia de bombardeos directos sobre la central desde hace un mes, expertos del OIEA han confirmado de detonaciones próximas a la cercana planta térmica de Zaporizhzhia, también en el río.
El OIEA también informó de que las autoridades ucranianas están terminando de restablecer los niveles de producción de las otras tres centrales nucleares que están bajo su control tras cierta disminución del suministro por la ola de ataques de misiles del jueves.
Zaporizhzhia es una de las cuatro regiones ucranianas que Rusia se anexionó unilateralmente tras la celebración de varios referéndums no reconocidos por la comunidad internacional.
Pese a que Moscú considera estas regiones, en el sur y este de Ucrania, territorio ruso, no ha conseguido controlar del todo su territorio y su ejército ha tenido que abandonar amplias zonas de alguna de ellas.
La central nuclear de Zaporizhzhia, actualmente desconectada de la red eléctrica, ha sido un foco de tensión para la comunidad internacional tras ser atacada en diversas ocasiones en ofensivas de las que se han acusado rusos y ucranianos.
A pesar de que las potencias occidentales y la agencia de energía atómica de la ONU dieron la alarma sobre la seguridad en la planta, que tiene seis reactores nucleares, las conversaciones destinadas a desmilitarizar el área se han estancado.
Desde octubre, Rusia cambió de táctica y comenzó ataques aéreos contra la red de energía de Ucrania, sumergiendo a millones de personas en el frío y la oscuridad al comienzo del invierno.
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volidimir Zelensky, aseguró este viernes que sus Fuerzas Armadas mantienen sus posiciones en la mayoría del frente del Donbás, y que incluso hay puntos donde avanzan “poco a poco”. Tras una reunión con el alto mando militar ucraniano, el mandatario reconoció que las “principales” zonas de enfrentamiento son ahora la región de Donetsk y Lugansk, especialmente en las ciudades de Bajmut, Soledar y Kremina, recoge UNIAN.
(Con información de Europa Press, EFE y AFP)
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