El parlamentario del Likud, Amir Ohana, ha sido elegido este jueves como nuevo presidente de la Knesset, convirtiéndose así en la primera persona abiertamente homosexual en ocupar el cargo, en medio de las crecientes preocupaciones por las declaraciones de varios partidos ultraortodoxos y ultraderechistas que formarán parte del nuevo Gobierno.
La confirmación de quien fue ministro de Justicia y Seguridad Pública en el pasado, tuvo lugar en el marco de una sesión en la que tomó posesión el nuevo Ejecutivo, encabezado por el líder del Likud, Benjamin Netanyahu, quien volvió así al cargo poco más de un año después de su derrota electoral en 2021.
Ohana, que tiene pareja y dos hijos, juró el cargo como parlamentario en 2015, una sesión en la que los diputados de los partidos ultraortodoxos Judaísmo Unido de la Torá y Shas, parte de la nueva coalición de Gobierno, abandonaron el hemiciclo como gesto de protesta.
Durante la jornada, el líder del partido ultraderechista Avi Maoz, ha dicho que “no tiene nada en contra de las personas LGTB y los izquierdistas”, si bien ha matizado que “se opone a lo LGTB como idea y a la izquierda como una ideología”. “No tengo nada en contra de personas específicas, de hecho siendo dolor por los que viven y actúan en contra de la Torá”, ha afirmado.
“Mis críticas siempre giran en torno a la ideología, las agendas y las organizaciones que usan a personas en beneficio de esas agendas. No hablo de ninguno de los que se sienten atraídos por personas de su propio género, sino sobre lo LGTB como una idea y movimiento político”, ha manifestado, según ha recogido el diario israelí ‘Haaretz’.
Así, Maoz, quien encabezará una posición sobre Identidad Nacional Judía que controlará el contenido que se imparte en las escuelas, ha criticado a los que “intentan presentarle de forma deliberada y maliciosa como una persona que lucha (...) contra estas o aquellas personas”, en referencia a los miembros de la comunidad LGTBQ y los izquierdistas. En el pasado, el líder de Noam se ha descrito a sí mismo como “un homófobo orgulloso” y ha tildado de “oscuridad” a las posturas liberales en el seno del judaísmo.
Por su parte, el líder de Sionismo Religioso, Bezalel Smotrich, ha descrito a Ohana como “un hombre valioso que asume ahora una posición importante y que supone un desafío”, según la cadena de televisión i24. Smotrich ha manifestado en el pasado opiniones en contra de la comunidad LGBTQ, por lo que sus palabras suponen un distanciamiento de dichas posturas.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, expresó recientemente su preocupación por varios comentarios por parte de políticos que integran la coalición de gobierno entrante, que llevaron incluso a Netanyahu a aclarar que no se aprobará por ley la discriminación por motivos religiosos.
En este sentido, Herzog se declaró “preocupado” por el aumento de los “comentarios contra la comunidad LGTB y contra cualquier grupo o sector diferente”. “Una situación en la que ciudadanos de Israel se sientan amenazados por su identidad o creencias socava los valores democráticos fundamentales del Estado de Israel”, zanjó.
La parlamentaria de Sionismo Religioso Orit Strock, quien será ministra en el próximo Ejecutivo, afirmó recientemente que los médicos tendrían que poder negar tratamientos que vayan en contra de su fe, siempre y cuando otro esté dispuesto a dar ese mismo tratamiento.
De hecho, el presidente israelí contactó con Netanyahu para mostrar su preocupación por los supuestos planes para enmendar las leyes contra la discriminación en el país. El acuerdo de coalición entre el Likud y Sionismo Religioso incluiría una cláusula para enmendar esta legislación y permitir a los empresarios negar un servicio si viola sus creencias religiosas, según medios israelíes.
Por ello, Netanyahu, que ha negado la existencia de esta cláusula en el acuerdo, afirmó el lunes que “rechaza totalmente” los comentarios de Strock y aseguró que el próximo Gobierno “no permitirá que se discrimine a las personas LGTB o que los derechos de los israelíes se vean socavados”. “Los acuerdos de coalición no permiten discriminar a personas LGTB o dañar el derecho de cualquier ciudadano israelí a recibir servicios”, prometió.
Por su parte, Strock salió al paso de las críticas y ha pedido en Twitter “calmar la indignación”. “Nadie pretende discriminar a las personas LGTB por su identidad. Ni en servicios médicos ni en otros servicios. Son seres humanos y merecen dignidad y respeto como todos”, matizó.
(con información de EP)
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