El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, afirmó este martes que las autoridades “no tendrán piedad” con los “enemigos”, entre quienes ha citado a los participantes en las manifestaciones antigubernamentales que sacuden el país desde septiembre tras la muerte de Mahsa Amini bajo custodia policial.
“Los brazos de la nación están abiertos a los que fueron engañados, pero no mostrará piedad con los traidores”, afirmó, antes de agregar que la situación que atraviesa el país es “una guerra entre facciones”.
Asimismo, declaró que “los enemigos han movilizado sus fuerzas durante los disturbios”, entre ellos “defensores de la monarquía y terroristas de la Organización de los Muyahidín del Pueblo de Irán (PMOI)”, declarada como un grupo terrorista por Teherán.
“Los enemigos han usado todo su poder para evitar el progreso de Irán, pero a día de hoy admiten que todas sus presiones han fallado. El enemigo hace frente hoy a una nación que ha decidido progresar”, manifestó, según informó la agencia iraní de noticias Mehr.
“Hemos aprendido de los mártires a vivir con esperanza”, apuntó, al tiempo que resaltó que “el país ha logrado grandes progresos en todos los campos, lo que explica la ira del enemigo”. “Todos los esfuerzos del enemigo contra la República Islámica han fracasado de forma vergonzosa”, afirmó.
La Guardia Revolucionaria de Irán confirmó recientemente que más de 300 personas han muerto desde el inicio de las protestas, en el que supuso el primer balance oficial desde el inicio de las movilizaciones por la muerte de Amini, una kurda iraní de 22 años. La cifra es inferior a la facilitada por la ONG Iran Human Rights (IHR) que apunta a más de 470 muertos a causa de la represión por parte de las fuerzas de seguridad.
El régimen de Irán ejecutado hasta la fecha a dos personas condenadas por su papel en las movilizaciones. Majidreza Rahnavard, de 23 años, fue ahorcado en público el 12 de diciembre tras ser condenado por un tribunal de Machhad (noreste) por haber matado a dos miembros de las fuerzas de seguridad. Cuatro días antes, Mohsen Shekari, también de 23 años, fue ejecutado por haber herido a un miembro de las fuerzas de seguridad.
Y, en un informe publicado este martes, IHR identificó a 100 presos que podrían ser condenados a muerte, 13 de los cuales ya lo fueron. También señaló que muchos de ellos tenían un acceso limitado a un abogado.
Al menos 14.000 personas fueron detenidas desde el comienzo de las protestas en Irán, había precisado la ONU en noviembre.
Con información de AFP y Europa Press
Seguir leyendo: