El opositor Alexéi Navalny, encarcelado desde principios de 2021 tras haber sobrevivido a un envenenamiento, denunció este lunes que sufre maltratos físicos en la cárcel y reclama poder leer su historial médico, luego de recibir inyecciones de medicamentos sin ser informado de lo que le aplicaron.
El crítico del Kremlin expuso en su cuenta de Twitter su situación, en un hilo de mensajes en los que contó los dolores que lo aquejan.
“Tengo un problema en la columna vertebral”, escribió. Según detalló, es consecuencia de haber sido encerrado los últimos tres meses en una celda de castigo, donde solo se puede estar de pie o sentado en un taburete de hierro durante 16 horas al día.
“Mira cómo funciona el sistema cuando no se te permite golpear a una persona, pero tus jefes te ordenan que le hagas mucho daño”, apuntó.
Ante los dolores que sufría, pidió una revisión médica, que solo le fue concedida después de un mes y medio de pedidos y después de amenazar con una demanda.
“Tardó cinco minutos en examinarme”, aseguró sobre la doctora, que no dio su nombre ni lugar de trabajo.
Posteriormente, según continúa su relato, le aplicaron una serie de inyecciones. Cuando preguntó de qué se trata, le dijeron: “Inyectamos lo que nos ha recetado el médico. Vitaminas del grupo B, por ejemplo”. Navalny expresó su incomodidad al no tener el detalle de lo que le introducían en las venas. Además, no lo hicieron caso cuando pidió que se le escriba el nombre del médico, el diagnóstico y los medicamentos recetados, pese a la queja escrita de su abogado.
Su siguiente paso fue pedir una copia de su historial médico, en línea con el Reglamento Interno penitenciario.
Un mes después, recibió un documento de 26 páginas prácticamente ilegible.
“Bueno, ¿qué otra cosa puedo hacer? Ahora voy a demandar el derecho a poder leer algo en mi propio historial médico”, añadió.
Navalny agregó que sintió como si le dijeran “teníamos que darte el historial, así que aquí lo tienes, disfruta leyéndolo”.
“Todos sonríen, se ríen y se lo pasan en grande. Ni siquiera ocultan que puedo escribir todas las quejas que quiera al tribunal y a Moscú, pero que fue a Moscú a quien se le ocurrió todo”, apuntó.
Por ello, lamentó que solo acepten sus pedidos cuando presenta demandas y deseó irónicamente que llegue el momento en que le traigan comida a su celda solo cuando lo pida por la vía judicial.
“Bueno, no pasa nada. Yo también soy abogado y me encantan los juicios. Aunque mis abogados se están cansando un poco”, culminó.
Un mes atrás, sus abogados habían reclamado que no le daban a su cliente botas de invierno, en medio de la llegada de las temperaturas gélidas en la región.
Según Navalny, preso en una colonia a 200 kilómetros de Moscú, esta acción “es un excelente ejemplo del engaño y la sofisticación del sistema de presiones” en las cárceles rusas. “Si no te dan botas de invierno, eso quiere decir que no sales de paseo (y sufres) o que sales y te enfermas (lo que ya me ocurrió)”, explicó el opositor.
En marzo pasado fue condenado a nueve años de prisión en un severo régimen de detención acusado de los cargos de “fraude”, que Navalny rechaza. En octubre denunció que se enfrenta a nuevos cargos pasibles de hasta 30 años de prisión.
Seguir leyendo: