La ciberdelincuencia es una amenaza global que cada vez genera mayor preocupación en los países, a raíz de las alarmantes estadísticas. Y España no es la excepción. De acuerdo al último balance de criminalidad del Ministerio del Interior, en la última década se llevaron a cabo cerca de un millón y medio de ciberdelitos en la nación ibérica.
Según indicaron las autoridades locales, desde 2011 hasta 2021 se registraron en España 1.438.206 de crímenes en Internet. Los más comunes fueron -y siguen siendo- las estafas (33,16%); seguidos por las estafas con tarjetas de crédito, débito y cheques de viaje (32,29%), y las bancarias (16,7%).
Completan el listado de los principales ciberdelitos las amenazas (7,85%), la usurpación de estado civil (2,79%), y el acceso ilegal informático (1,16%). Otros delitos reportados, pero menos comunes, son el descubrimiento o revelación de secretos, las injurias o las coacciones.
Los porcentajes de delitos sexuales o relacionados con los menores de edad en Internet también son muy bajos respecto al total: pornografía infantil (0,43%), delito de contacto con menor con fines sexuales (0,19%), corrupción de menores con discapacidad o diversidad funcional (0,14%), abuso sexual (0,08%), acoso sexual (0,07%), provocación sexual (0,04%) y exhibicionismo (0,03%).
“En los últimos diez años los ciberdelitos han evolucionado y se han sofisticado. Y es una tendencia que se mantendrá a corto plazo”, explicó Sandra Salán, técnico de ciberseguridad en el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), al diario español El Independiente.
Y agregó: “Antes eran atacantes individuales, que tenían motivaciones económicas o de reconocimiento. Ahora es un modelo de negocio en el que un grupo de criminales profesionalizados ofrecen sus servicios a cambio de dinero”.
El balance del Ministerio del Interior indica que desde 2011 el número de delitos se ha mantenido constante (en torno a los dos millones al año). Sin embargo, mientras la criminalidad convencional se ha ido reduciendo progresivamente, la cibercriminalidad sigue creciendo a pasos agigantados.
El delito más común en Internet son las estafas informáticas: en los últimos seis años aumentaron un 455,5%, y prácticamente se han duplicado desde 2019. En los primeros nueve meses de 2022, en tanto, uno de cada diez delitos registrados en España eran de este tipo.
Asimismo, las autoridades de seguridad españolas registraron un incremento del 26,09% en ciberdelitos desde enero a septiembre de este año, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
En estos últimos diez años, en España hubo 78.589 ciberdelincuentes detenidos o investigados, procedentes de 157 países distintos. Según las estadísticas del Ministerio del Interior, la enorme mayoría de ellos, en concreto el 80,6%, son españoles. Les siguen rumanos (3,2%), marroquíes (2,3%), colombianos (1,2%), dominicanos (1%), y nigerianos y venezolanos (ambos con 0,9%).
Del total de ciberdelincuentes, el 75% son hombres y el 25% mujeres. “Es una tendencia que aplica a las dos partes -ciberdelincuencia y ciberseguridad-, porque la mujer entró en la rama tecnológica más tarde, no estamos al 50%. Está cambiando, pero cuando lo haga se hará a la vez, porque son dos mundos paralelos con objetivos totalmente opuestos”, apuntó Salán.
La especialista reconoció que los usuarios están “cada vez más expuestos” a este tipo de ataques, y sostuvo que los más afectados son los mayores: “No es que en los otros grupos no se produzcan ataques, pero con los menores de edad no pueden sacar rédito económico. Con los ancianos sí, pero son un grupo más reducido”.
Por último, la técnico en ciberseguridad comentó que el consejo más efectivo que suele dar a la gente “es el sentido común”. “La mayoría de ciberdelincuentes utilizan técnicas de engaño que se pueden evitar. A partir de ahí hay otras cosas, como mantener siempre el software actualizado y cambiar las contraseñas, pero la principal es esa”, concluyó.
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