Los talibanes disolvieron este jueves por la fuerza una manifestación en Kabul de decenas de mujeres, sobre todo estudiantes y activistas sociales, y arrestaron a varias de ellas mientras protestaban contra la decisión de los fundamentalistas de prohibir la educación femenina en las universidades.
Al grito de “todos o ninguno” y ”queremos igualdad de oportunidades educativas”, un grupo compuesto por decenas de “activistas sociales, chicas y estudiantes” se había reunido hoy en el área de Debori de la capital para protestar “contra la cruel decisión del Gobierno talibán”, afirmó a EFE la organizadora de la marcha, Basira Hussaini.
Sin embargo, su reivindicación concluyó abruptamente porque “las fuerzas de seguridad de los talibanes junto con sus policías dispersaron la protesta violentamente y torturaron y detuvieron a algunas de nosotros”, agregó Hussaini.
Algunas manifestantes compartieron vídeos en las redes sociales en los que acusaron a los cuerpos de seguridad de “atacarlas” y detener a varias de ellas.
“Temen el progreso de las mujeres”
Este incidente tuvo lugar después de que el martes los talibanes prohibieran a las mujeres acceder a las universidades, lo que provocó que muchas afganas que acudieron ayer a los centros se vieran obligadas a permanecer fuera mientras que las fuerzas de seguridad permitían ingresar a sus compañeros.
Un equipo de periodistas de la AFP vio a grupos de estudiantes reunidas frente a las universidades de Kabul el miércoles, con la entrada prohibida por guardias armados y puertas cerradas.
“Los talibanes temen el progreso de las mujeres. Podemos criar hijos educados en la sociedad y eso les da miedo”, declaró Wajiha Kazimi, de 19 años, que sobrevivió a un ataque contra un centro educativo de la capital a principios de año.
Las autoridades talibanes quieren “suprimir” a las mujeres, dijo Setara Farahmand, de 21 años, que estudiaba literatura alemana en la Universidad de Kabul. “Sólo quieren que las mujeres se queden en casa y den a luz. Eso es todo, no quieren nada más para ellas”, dijo.
Los estudiantes varones también expresaron su conmoción por el último edicto, y algunos en la ciudad oriental de Jalalabad boicotearon sus exámenes en señal de protesta.
“Expresa realmente su analfabetismo y su escaso conocimiento del islam y de los derechos humanos”, declaró un estudiante universitario, que pidió que no se revelara su nombre.
Al menos dos profesores universitarios de Kabul anunciaron su dimisión en señal de protesta.
La mayoría de las universidades privadas y públicas cierran durante unas semanas en invierno, aunque los campus suelen permanecer abiertos para los estudiantes y el personal.
“Estamos condenados. Lo hemos perdido todo”, dijo un estudiante de Kabul, que pidió no ser identificado.
Condena internacional
La prohibición decretada por los fundamentalistas fue duramente condenada por varios países y organizaciones internacionales, además del expresidente afgano Ashraf Ghani, quien huyó de Kabul cuando los talibanes tomaron el control de la capital en agosto de 2021.
“Lo he dicho muchas veces, y lo volveré a decir: si una niña se alfabetiza, cambiará las próximas cinco generaciones. Si una niña permanece sin educación, arruinará cinco generaciones”, escribió anoche Ghani en su perfil de Twitter.
A pesar de haber prometido un régimen más suave cuando tomaron el poder el año pasado, los islamistas de línea dura han aumentado las restricciones en todos los aspectos de la vida de las mujeres, haciendo caso omiso de la indignación internacional.
Y es que el veto a la educación femenina en las universidades, que los talibanes habían venido permitiendo hasta ahora, se une al impuesto contra la educación secundaria y forma parte de una larga lista de restricciones contra las mujeres que incluye la segregación por sexos en lugares públicos, la imposición del velo o la obligación de ir acompañadas por un familiar masculino en trayectos largos.
Las mujeres también han sido expulsadas de muchos puestos de trabajo en el gobierno, o se les paga una fracción de su salario anterior para que se queden en casa.
Este progresivo endurecimiento de su política hacia las mujeres, a pesar de las promesas que efectuaron a la comunidad internacional tras su llegada al poder, no hace más que acercar la postura del actual Gobierno talibán a la de su anterior régimen entre 1996 y 2001, conocido por la exclusión de las afganas y su estricto código social.
(Con información de EFE y AFP)
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