El desenfreno de la ola de contagios que azota a China podría convertirse en una pesadilla no solo para el gigante asiático y el régimen de Xi Jinping, sino para todo el mundo, según advirtió el periódico The Washington Post en una columna de su junta editorial.
El texto publicado el martes apuntó que “la ausencia de una estrategia de retirada coherente” para el fin de la política de “COVID cero” representa una amenaza para la población china, para su economía y también para la dirección del Partido Comunista.
Pero también apunta que una nueva crisis “podría sacudir al mundo entero” con sus repercusiones a nivel epidemiológico.
“Como demostró el brote de Wuhan hace tres años, lo que empieza en China no necesariamente se queda allí”, recordó la junta editorial.
En los primeros dos años de la pandemia, se detectaron nuevas variantes de la cepa identificada originalmente, especialmente al formarse focos gigantes de infección.
“Un peligro es que el brote de China genere nuevas variantes que amenacen al resto del mundo. Es imposible predecirlo, pero las variantes anteriores con un borde de transmisión se han propagado con bastante rapidez. Millones de infecciones en China aumentan las posibilidades de que surja una nueva variante”, advierte el Post.
Si el mundo fue azotado por Alpha, Delta y Ómicron, entre otras, puede estar en camino una mutación más peligrosa o contagiosa que esquive las vacunas desarrolladas hasta la fecha. A mayor contagio, más posibilidades de cambios en el código genético del virus.
El panorama en China no es alentador. El régimen levantó las restricciones frente a las históricas protestas que reflejaron el descontento con los continuos cierres, pero ello llevó a brotes más grandes.
“Ahora, parece estar bastante descontrolado. Una ola de infecciones Ómicron está barriendo Pekín y pronto podría afectar al resto de China”, señaló el Post, que adelanta que “a China le esperan días difíciles”.
La situación inmunológica del país no es la más óptima para enfrentar el embate del virus. Entre los mayores de 60 años, sólo el 69% ha recibido la vacuna de refuerzo, y el porcentaje es aún menor entre los mayores de 80 años, lo que deja al resto vulnerables a las nuevas variantes.
Además, “China ha renunciado imprudentemente a las eficaces vacunas de ARNm en favor de vacunas menos eficaces” fabricadas en el país, añadió el editorial.
Así, la fuerza de las protestas que estallaron a finales de noviembre puede retornar con nuevos reclamos. “La ira de los manifestantes podría volver fácilmente si la situación se deteriora y la gente pierde más fe”, concluyó el Post.
Seguir leyendo: