Deportistas, actrices y otras figuras públicas están en el punto de mira de las autoridades iraníes por su apoyo a las protestas que sacuden el país, que tratan de silenciarlos con condenas a muerte, arrestos y la confiscación de sus bienes.
Los últimos casos son el del futbolista Amir Nasr-Azadani, quien se enfrenta a cargos que podrían conllevar la pena de muerte por su presunta participación en el asesinato de tres agentes de seguridad, y la actriz Taraneh Alidoosti, detenida por denunciar las ejecuciones de manifestantes.
Estas figuras públicas y muchas otras se enfrentan a la justicia iraní por su participación o apoyo a las protestas que sacuden Irán desde la muerte de Mahsa Amini tras ser detenida por llevar mal puesto el velo en septiembre, protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres que piden el fin de la República Islámica.
Los deportistas, actrices y artistas son en realidad una pequeña parte de las personas que han participado o apoyado las protestas, pero las autoridades temen su capacidad para influir, amplificar mensajes o movilizar a la población.
Las protestas han bajado de intensidad en las últimas semanas tras más de tres meses de movilizaciones, casi 500 muertos, 18.000 detenidos, 400 condenas a cárcel solo en Teherán, 11 sentencias a la horca y dos eje cuciones, la última de ellas pública.
RECHAZO INTERNACIONAL
El caso de Nasr-Azadani ha provocado un especial rechazo internacional e incluso la cantante Shakira lo defendió en Twitter poco antes de la final del Mundial de Qatar.
El futbolista está acusado por su supuesta participación en el asesinato de tres agentes de seguridad el 16 de noviembre en la ciudad de Isfahán de “moharebeh” o “enemistad con dios”, delito que puede conllevar la pena de muerte, algo que su entorno niega, al tiempo que admite que sí participó en las movilizaciones pidiendo más libertades.
Ese fue el caso del karateka de 22 años Mohamad Mehdi Karamí, condenado a muerte por su supuesta participación en el asesinato de un basiji -miliciano islámico- en Karaj, cerca de Teherán, y quien podría convertirse en el tercer ejecutado por su implicación en las protestas.
“Le pido respetuosamente al poder judicial, les imploro, por favor, que anulen la pena de muerte en el caso de mi hijo”, declaró el padre del karateka, Mashallah Karami, en un video publicado en Twitter, que no ha sido verificado por EFE.
Otro caso es el de Eshragh Najafabadi, quien formó parte de los equipos nacionales de ciclismo de montaña y alpinismo de Irán y quien también podría ser condenado a muerte.
El ciclista apareció la semana pasada apareció en un vídeo junto con otros cuatro montañeros confesando su participación en un intento de atentado con bomba en la ciudad de Shiraz, en el sur del país.
Las confesiones públicas son habituales en el país persa y grupos de derechos humanos internacionales denuncian que son forzadas.
La leyenda del fútbol iraní Ali Daei también tuvo un encontronazo con la Justicia iraní cuando anunció que cerraría sus negocios en apoyo de un huelga a principios de mes y las autoridades respondieron cerrando su restaurante y su joyería de Teherán.
EL MUNDO CINEMATOGRÁFICO
Otro colectivo que ha apoyado las protestas y atraído la furia de las autoridades es el mundo del cine, el sector cultural iraní con más proyección internacional.
La actriz Taraneh Alidoosti fue detenida el sábado “debido a sus acciones al publicar contenido falso y distorsionado, incitar disturbios y apoyar movimientos anti-iraníes” después de condenar en redes sociales la ejecución de Mohsen Shekari, el primer ahorcado por participar en las protestas.
Considerada una de las mejores actrices de Irán, Alidoosti ya había publicado un vídeo en noviembre sin velo y con un cartel en el que se leía “mujer, vida y libertad”, el lema de las protestas.
Alidoosti ha conseguido varios premios a lo largo de su carrera y fue la protagonista de la película “El viajante”, dirigida en 2016 por su compatriota Asghar Farhadi y que en 2017 obtuvo el Óscar a la Mejor Película de Lengua Extranjera.
Alidoosti no es la primera actriz en verse en problemas por su apoyo a las protestas.
En noviembre las interpretes Hengameh Ghaziani y Katayoun Riahi fueron detenidas por publicar vídeos en los que no llevaban velos, lo que les ha costado la acusación de “intención de actuar contra la seguridad nacional” y “propaganda contra el Estado”, aunque fueron liberadas.
Las detenciones no han impedido sin embargo nuevos gestos del mundo del cine.
La actriz y directora Niki Karimi anunció el domingo la cancelación de todos sus proyectos en un mensaje en redes con el eslogan “mujer, vida libertad” en el que ha denunciado “estos meses de asfixia e intimidación de ‘no digas y no escribas’”.
(Con información de EFE)
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