Varios responsables de Kiev garantizaron a los ciudadanos que no permitirán que Rusia les “robe” la Navidad a los niños ucranianos, iluminando un arbolito en el centro de la capital.
El lunes comenzó con una serie de bombardeos contra varias infraestructuras críticas de Kiev pero terminó con la instalación de un abeto artificial de 12 de metros de alto en el centro de la ciudad, decorado con palomas de la paz.
Decenas de vecinos desafiaron al frío glacial para admirar el árbol, situado junto a la catedral de Santa Sofía de Kiev, famosa por sus cúpulas doradas, y no perdieron la oportunidad de hacerse algunas selfis.
Entre ellos se encontraba Natalya, una operadora turística. Según ella, el arbolito “aporta un ambiente festivo a un periodo difícil”.
“Es un elemento muy emblemático de nuestras fiestas de fin de año”, agregó, frente al abeto, iluminado con bombillas amarillas y azules, los colores de la bandera nacional.
En su parte alta colocaron el escudo de armas del país, que representa un tridente dorado.
“Los rusos intentan privar a nuestros ciudadanos de una vida normal pero no les dejaremos que le roben la mayor de las fiestas, Año Nuevo y Navidad, a nuestros hijos”, declaró el alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko, durante la inauguración.
El abeto “de la invencibilidad”
Según la tradición ortodoxa, los ucranianos celebran Navidad el 7 de enero, pero varios sondeos apuntan que un número creciente de personas prefieren celebrarla el 25 de diciembre, como hacen otras iglesias.
Un sondeo de Interfax-Ucrania muestra que el apoyo a ese cambio pasó del 26% en 2021 al 44% en 2022.
Al principio, el alcalde había dudado si poner el árbol o no, reconoció el propio edil, temeroso de los bombardeos de las fuerzas rusas, que provocaron importantes apagones en el país, en pleno invierno boreal.
Pero la ciudad se ha adaptado. Las luces del abeto se iluminan gracias a un generador diésel y se utilizaron adornos de otros años.
“Lo hemos llamado ‘el árbol de Navidad de la invencibilidad ucraniana’”, declaró Klitschko, subrayando que la idea es que “los niños pasen unas [buenas] vacaciones pese a los momentos difíciles”.
Pero es difícil hacer caso omiso del conflicto e impregnarse de lleno del espíritu navideño.
“No hay ningún ambiente festivo especial”, dijo a la agencia de noticias AFP Tetyana Prykhodko, contable.
Ella se acaba de mudar a Kiev desde Kherson, una ciudad del sur del país que estuvo ocupada durante meses por los rusos.
“Solo espero que, al final, todo termine y que llegue la paz. Eso es lo que esperamos todos”, afirmó.
(Con información de AFP)
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