Mientras continúan los ataques rusos en el sur y el este del país, Ucrania prevé que Vladimir Putin volverá a intentar conquistar Kiev en los primeros meses de 2023.
“Una tarea estratégica muy importante para nosotros es crear reservas y prepararnos para la guerra, que puede ocurrir en febrero o marzo y en el peor de los casos a fines de enero”, afirmó el comandante en jefe del ejército ucraniano, Valéry Zalujny, en entrevista al semanario británico The Economist.
“No dudo que tratarán de nuevo de tomar Kiev”, agregó.
El comandante en jefe del ejército ucraniano afirmó en la entrevista que ya “hizo todos los cálculos: cuantos tanques, artillería requerimos” para rechazar esa ofensiva.
A fines de febrero, las tropas de Vladimir Putin lanzaron la invasión a Ucrania, teniendo como objetivo la toma rápida de Kiev por sus fuerzas lanzadas especialmente desde Bielorrusia, situado al norte.
Las fuerzas rusas estuvieron a unas decenas de kilómetros de la capital ucraniana, antes de retirarse completamente de la región a fines de marzo y comienzos de abril, una victoria para el ejército ucraniano.
Para Zalujny, otro “problema” actual para su ejército es “conservar la actual línea del frente”, que se extiende del sur al este, “y ya no perder terreno”, tras haber sacado a los rusos en septiembre de la región de Kharkiv (noreste) y de Kherson a inicios de noviembre (sur).
Según el jefe del ejército ucraniano, los rusos bombardean infraestructuras energéticas del país desde octubre tras una serie de reveses humillantes, pues “necesitan tiempo” para “reunir sus recursos” humanos y militares con el objetivo de realizar una nueva ofensiva de magnitud en los próximos meses.
Kherson, la gran ciudad del sur de Ucrania recuperada recientemente por Kiev, fue bombardeada de nuevo este jueves por las fuerzas rusas, en un ataque que causó dos muertos y la dejó sin electricidad en pleno invierno.
“El enemigo volvió a atacar el centro de la ciudad, a 100 metros de la administración regional” bombardeada la víspera, afirmó el jefe adjunto de la administración presidencial ucraniana, Kyrylo Tymoshenko, en Telegram.
El bombardeo causó “dos muertos”, añadió.
Poco después, el gobernador regional, Yaroslav Yanushevych, informó que un “intenso bombardeo” contra una infraestructura esencial dejó a Kherson “totalmente sin electricidad”.
Aquí, como en otras partes de Ucrania, Rusia lanza desde octubre misiles y drones contra infraestructuras energéticas. Millones de ucranianos sólo disponen ahora de unas horas de electricidad al día, con cortes de calefacción y agua, en medio de temperaturas gélidas.
Liberada por el ejército ucraniano hace un mes, la ciudad de Kherson es desde entonces blanco casi diario de bombardeos rusos.
“Tenemos heridos prácticamente todos los días, y muertos prácticamente todos los días. Y esta situación todavía durará”, constató un responsable regional, Yuri Sobolevsky, citado el jueves por la televisión pública Suspilné.
En el plano internacional, la ONU anunció haber registrado cientos de ejecuciones sumarias de civiles durante los primeros meses de la invasión rusa, lo que apunta a posibles “crímenes de guerra”.
Una comisión de investigación de la ONU registró 441 ejecuciones sumarias y muertes en tres regiones de Ucrania -Kiev, Chernigov y Sumi- durante su ocupación entre finales de febrero y principios de abril, informó el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk.
“Es probable que las cifras reales sean considerablemente mayores”, apuntó.
El Parlamento Europeo reconoció este jueves que la hambruna estalinista que causó millones de muertos en Ucrania en los años 1930 fue un “genocidio”. Moscú rechaza que se califique así esta tragedia.
(Con información de AFP)
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