El agresor detrás de un ataque mortal de extrema derecha en Alemania en 2019 tomó brevemente como rehenes a dos funcionarios de prisiones en un intento de escapar de la cárcel, dijeron las autoridades alemanas el martes.
Stephan Balliet, ahora de 30 años, fue condenado a cadena perpetua por intentar asaltar una sinagoga abarrotada en la ciudad oriental de Halle en Yom Kippur, el día más sagrado del año judío, y luego matar a dos personas.
El Ministerio de Justicia del estado de Sajonia-Anhalt informó en Twitter de que dos funcionarios de prisiones habían sido recluidos temporalmente el lunes en la prisión de Burg, cerca de la ciudad de Magdeburgo.
La situación se resolvió con éxito cuando otros funcionarios de prisiones redujeron al agresor, según el ministerio.
Un portavoz del ministerio confirmó a la agencia de noticias AFP que Balliet era el responsable de la maniobra.
El preso se apoderó temporalmente de dos funcionarios de prisiones en un intento de fuga en el que amenazó con utilizar algún tipo de arma, explicó Franziska Weidinger, ministra de Justicia de Sajonia-Anhalt.
“No lo consiguió”, añadió.
Citando fuentes anónimas, el diario alemán Bild informó de que Balliet había amenazado con disparar a un rehén en la rodilla, pero se está aclarando si el preso tenía o no un arma de fuego.
El incidente comenzó hacia las 21.00 horas (20.00 GMT) durante los controles nocturnos regulares en la prisión, dijo el jefe de la prisión, Wolfgang Reichel.
Balliet ordenó a un funcionario de prisiones que le sacara de su habitación al patio de la prisión, amenazando con utilizar el “instrumento”, dijo Reichel.
Una vez fuera, siguió mostrando el instrumento y ordenó a otro funcionario que abriera una puerta para dejarle entrar en otra parte de la prisión.
A las 21.30 horas ya había sido dominado por otros guardias de la prisión y desde entonces se encuentra en una sala de detención de seguridad especial.
El ataque de Halle estuvo a punto de convertirse en la peor atrocidad antisemita cometida en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial, ya que sólo una puerta con cerrojo impidió que Balliet alcanzara a los 52 fieles que se encontraban en el interior de la sinagoga.
Tras fracasar en su intento de asaltar el templo el 9 de octubre de 2019, mató a tiros a una transeúnte y a un hombre en una tienda de kebab, utilizando un arma fabricada con piezas impresas en 3D.
Vestido con atuendo militar, filmó el ataque y lo difundió por Internet, prologándolo con un manifiesto que propugnaba una ideología misógina y neofascista.
Durante los cinco meses que duró el juicio, Balliet negó el Holocausto en audiencia pública -un delito en Alemania- y no expresó ningún remordimiento a las personas atacadas, muchas de las cuales eran codemandantes en el caso.
Durante el juicio, Balliet insistió en que “atacar la sinagoga no fue un error, son mis enemigos”.
(Con información de AFP)
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