El gobierno de Noruega hizo una publicación en su cuenta oficial de Twitter en la que le exigió a la red social que corrigiera un error en la etiqueta que describe la ubicación de su país, en la que accidentalmente colocaron Nigeria en vez del nombre del país europeo.
Al parecer, la red social confundió en nombre del reino noruego con el país africano, por lo que se puede leer en la descripción de la nación “Organización del gobierno de Nigeria”, en la etiqueta ubicada justo debajo del usuario de la cuenta del ministerio de asuntos Exteriores de Noruega.
Pero el error no solo pasó con esa cuenta, sino que además, también lo cometieron con el de otros dos destacados funcionarios del gobierno noruego. Se trata nada más y nada menos que del primer ministro Jonas Gahr Store y la ministra de Relaciones Exteriores, Anniken Huitfeldt.
“Estimado Twitter Support, por mucho que disfrutemos de nuestras excelentes relaciones bilaterales y nuestra estrecha similitud alfabética con Nigeria, le agradeceríamos mucho que nos etiquetara como Noruega”, escribiró el gobierno noruego, acompañado de un emoticón picando un ojo.
“PD eso también se aplica al primer ministro Jonas Gahr Store y a la ministra de Relaciones Exteriores Anniken Huitfeldt”, agregaron.
La red social fue comprada por el magnate norteamericano Elon Musk por valor de USD 44.000 millones y su primera medida fue despedir a la cúpula de la compañía de medios sociales, a la que acusó de engañarlo respecto a la cantidad de cuentas reales y de spam con las que cuenta la red social.
Fue un largo viaje el que llevó al hombre más rico del mundo a hacerse con la plataforma que, pese a estar lejos de ser la más rentable, ganó un rol de privilegio en la discusión pública a nivel global y que tiene en el difícil equilibrio entre la regulación de contenidos y la libertad de expresión una de las claves de lo que viene para el fundador de Tesla y SpaceX.
Musk presentó su batalla por la compra de Twitter como una cruzada por la libertad de expresión, luego de que la conducción de Twitter llevara adelante una política de regulación del discurso en la plataforma que buscó evitar que se transforme en un refugio para discursos conspirativos, anti democráticos o de odio. La regulación llegó al extremo de cerrar la cuenta de Donald Trump cuando todavía era presidente de los Estados Unidos en base a su uso de la red para poner en duda los resultados de las elecciones que lo sacaron de la Casa Blanca.
Asimismo, Twitter disolvió su Consejo de Confianza y Seguridad, el grupo asesor de alrededor de 100 organizaciones civiles, de derechos humanos y otras organizaciones independientes que la compañía formó en 2016 para abordar el discurso de odio, la explotación infantil, el suicidio, las autolesiones y otros problemas en la plataforma.
El Consejo tenía programado reunirse con representantes de Twitter el lunes por la noche. Pero Twitter informó al grupo por correo electrónico que lo disolvería poco antes de que se llevara a cabo la reunión, según varios miembros.
Seguir leyendo: