Las fuerzas represoras del régimen de Irán anunciaron este jueves la primera ejecución de un prisionero condenado a muerte por participar en las protestas que sacuden el país tras la muerte bajo custodia policial de la joven Mahsa Amini.
Mohsen Shekari fue ejecutado a primera hora de este jueves después de que fuese condenado a muerte el 29 de noviembre por herir a un basiji -miliciano islámico- con un cuchillo, bloquear una calle y crear terror en Teherán, informó la agencia Mizan, perteneciente al Poder Judicial.
Todos esos delitos acarrearon la condena de “guerra contra dios”, que se llega a castigar con la pena de muerte, como ha sido este caso.
Mizan indicó que el ejecutado confesó durante el juicio que había recibido “pagos” por atacar a agentes de la ley y que por ello acuchilló al miliciano, quien necesitó 13 puntos de sutura tras el ataque.
Shekari es el primer manifestante ejecutado por su participación en las protestas que sacuden Irán desde la muerte de Mahsa Amini a mediados de septiembre, tras ser detenida por la Policía de la moral por llevar mal el velo islámico.
Las revueltas comenzaron por la muerte de la joven kurda de 22 años, pero han evolucionado y ahora los manifestantes piden el fin de la República Islámica fundada por el ayatolá Ruholá Jomeiní en 1979.
Las autoridades judiciales han condenado a muerte a 11 personas hasta ahora por su participación en las movilizaciones y a un número indeterminado a penas de prisión.
Amnistía Internacional ha denunciado que al menos 28 de los 2.000 acusados por las protestas se enfrentan a penas de muerte.
En los casi tres meses de protestas han muerto más de 400 personas y al menos 15.000 han sido detenidos, según la ONG Iran Human Rights, con sede en Oslo.
El pasado fin de semana, el régimen iraní ahorcó a cuatro personas condenadas a muerte por colaborar con el Mossad, el servicio de inteligencia de Israel, uno de los principales enemigos de Irán.
En un juicio que no fue público y cuyas pruebas no trascendieron, el Tribunal Supremo consideró que los cuatro acusados, Hosein Ordukhanzadeh, Shahin Imani Mahmudabad, Milad Ashrafi y Manuchehr Shahbandi Bejandi, formaban parte de “una red que bajo la dirección de los oficiales de inteligencia del régimen sionista (Israel), realizaban secuestros armados” y recibían el pago por sus trabajos en “monedas digitales”, informó la agencia de noticias del Poder Judicial iraní, Mizan.
“Estas personas cometieron robos, destrucciones de bienes personales y públicos, secuestros y extorsión de confesiones falsas”, señaló el miércoles la Guardia Revolucionaria en un comunicado.
Sus miembros fueron arrestados con la cooperación del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria y el Ministerio de Inteligencia de Irán, explicó el citado medio.
Irán anuncia ocasionalmente la detención de personas que, según dice, espían para países extranjeros, incluidos Estados Unidos e Israel. El régimen persa no reconoce a Israel y apoya a grupos terroristas antiisraelíes en toda la región, como Hezbollah y Hamas.
Según las estadísticas que maneja la organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional, Irán es, con más de 400 ahorcamientos al año, uno de los cinco países del mundo que más penas capitales ejecuta, junto a China y Arabia Saudita.
Las ejecuciones se producen en un momento de gran tensión en Irán, tras más de dos meses de protestas desencadenadas por la muerte en prisión de Mahsa Amini. Miles de personas han sido detenidas, entre ellas unos 40 extranjeros.
(Con información de EFE)
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