China gestiona más de 100 “estaciones policiales” en todo el mundo para vigilar, acosar y repatriar a sus ciudadanos en el exilio, según un informe del grupo de derechos humanos con sede en Madrid Safeguard Defenders, citado por la CNN.
Safeguard Defenders publicó una primera revisión detallada sobre estas oficinas de la policía china en septiembre y reveló la existencia de 54 dependencias de este tipo. Ahora, se descubrieron otras 48.
La organización rastreó las desapariciones forzadas en China buscando en documentos oficiales chinos de libre acceso pruebas de presuntas violaciones de derechos humanos. La organización citó ejemplos concretos de un ciudadano chino que fue obligado a regresar a China desde Francia y otros casos de ciudadanos chinos devueltos a la fuerza desde países como Serbia y España.
Los activistas encontraron cuatro jurisdicciones policiales distintas del Ministerio de Seguridad Pública de China activas en al menos 53 países, según la CNN.
En la región, se destacan dos estaciones en Ecuador, una en Quito, capital del país y la otra en Guayaquil. Mientras que en Chile se registra una de estas oficinas en la ciudad costera del Viña del Mar, muy cerca de la capital, Santiago.
En el caso del lado atlántico del cono sur, hay otras tres estaciones, dos en Brasil, situadas en las ciudades de Rio de Janeiro y Sao Paulo, mientras que en la capital argentina, Buenos Aires, también existe la presencia de una de estas comisarías chinas.
El director del FBI, Christopher Wray, declaró ante un Comité de Seguridad Nacional de los EEUU que estaba “muy preocupado” por las posibles comisarías chinas no autorizadas en las ciudades estadounidenses. “Es indignante pensar que la policía china intente instalarse, ya sabes, en Nueva York, digamos, sin la debida coordinación. Viola la soberanía y elude los procesos habituales de cooperación judicial y policial”, afirmó.
Las revelaciones sobre las comisarías han provocado investigaciones en al menos 13 países, detalló CNN.
Irlanda ordenó el cierre de una comisaría de policía china encontrada en su territorio, al igual que Países Bajos. Canadá ha emitido una advertencia de “cese y desistimiento” a China sobre las comisarías.
Por supuesto que el régimen de Beijing ha negado que las estaciones de servicio policial en el extranjero tengan algún papel de vigilancia. Sin embargo, la policía local de Qingtian declaró con orgullo que el “trabajo de la policía extranjera” iban desde “ayudar” a los compatriotas con el papeleo hasta “recopilar inteligencia”.
Moritz Rudolf, miembro de la Facultad de Derecho de Yale y quien además, está investigando las implicaciones del ascenso de China en el orden legal internacional, dijo que estas estaciones policiales, también eran una pequeña parte de las ambiciones mucho más amplias de Beijing para hacer cumplir sus leyes fuera de su territorio, según publicó el medio británico, Financial Times.
“Desde 2019, China ha estado aprobando más leyes con aplicaciones extraterritoriales, un comportamiento normal para una potencia emergente. China trata de ponerse al día con los EEUU, pero ni siquiera está cerca cuando se trata de hacer cumplir sus leyes nacionales en el extranjero, particularmente en Europa”, denunció Rudolf.
Wang Jingyu, un disidente político chino quien se encuentra exiliado en los Países Bajos, denunció haber recibido múltiples llamadas de acoso desde números chinos que figuran como pertenecientes a una estación policial establecida en Fuzhou, China. “Me dijeron que fuera a la comisaría de policía en el extranjero de Róterdam para entregarme y que pensara en mis padres en China. No pensé que fuera real, ¿cómo podría haber una estación de policía china aquí?”, dijo Wang.
“Algunas de estas personas son buenas, algunas son malas, pero el problema es sobre el derecho a un juicio justo y a no ser torturado”, dijo Peter Dahlin, fundador de Safeguard Defenders.
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