Esta semana se produjo el arribo a Oriente Medio de Tim Lenderking, el enviado de la administración Biden que efectúa una visita de apoyo a los socios estadounidenses árabes del Consejo de Cooperacion de los Países del Golfo (CCPG por sus siglas en español) el objetivo del viaje también es lograr una salida negociada a la guerra civil de Yemen.
La misión de Lenderking es un mensaje directo a los rebeldes hutíes. El representante de Washington manifestó de forma directa que Estados Unidos no aceptará que las milicias rebeldes continúen con sus ataques a instalaciones críticas de los países árabes sunitas por lo que exigió que los ataques deben detenerse de inmediato al igual que los que se llevan a cabo sobre los puertos comerciales del propio Yemen ya que ellos afectan la llegada y distribución de ayuda humanitaria que la población yemenita necesita con urgencia en todo el territorio del país.
En el marco de la visita, el Departamento de Estado se expresó de manera firme a través de un comunicado a principios de ésta semana cuando Lenderking llegó a Omán en escala previa a su viaje hacia Arabia Saudita para apoyar los esfuerzos por lograr un consenso que pacifique la region. Hacemos un último llamado a los grupos rebeldes hutíes para que cesen inmediatamente sus ataques a los puertos del país ya que esas operaciones ilegales están interrumpiendo la llegada de recursos necesarios para todo su pueblo y sus acciones violentas profundizan el sufrimiento de todo Yemen, indico el comunicado de Washington.
El enviado estadounidense también efectuó declaraciones recogidas por medios de prensa árabes donde explicó que los ataques de los grupos rebeldes no significan un progreso para ellos en lo militar dado que su único fin es llevar a los yemenitas hacia un escenario sin sentido que profundiza la violencia y los padecimientos del pueblo. El mensaje estadounidense es claro dijo Lenderking: se debe recordar a los hutíes en este momento crítico que los yemenitas desean y piden por la paz y de ninguna manera por la profundización de la guerra.
El viaje de Lenderking es el segundo que realizo a la región y se espera que viaje nuevamente antes de finales de diciembre dado que la tregua propuesta y respaldada por la ONU no se pudo renovar desde octubre pasado y la intención del Departamento de Estado es que los hutíes depongan su posición beligerante, adhieran a una oportunidad para alcanzar la pacificación y trabajen juntos con la ONU aceptando que la única opción valida para terminar con más de ocho años de guerra que ha destruido a Yemen y llevó a su población a un estado humanitario calamitoso sólo puede alcanzarse a través de un acuerdo político negociado que los incluya, pero liderado por el gobierno legalmente reconocido de Yemen.
Hasta el momento, los rebeldes respaldados por Irán rechazaron la propuesta anterior de Hans Grundberg, el enviado especial de Naciones Unidas para Yemen y no hicieron lugar a la petición para renovar por otros seis meses un acuerdo alcanzado con el gobierno en el mes de abril sobre el alto el fuego que fue reconocido por la ONU. Grundberg también había ofrecido una ampliación de los puntos del acuerdo anterior aunque los rebeldes dijeron que la tregua mediada por la ONU fue incumplida por el gobierno yemenita y con ello se ha roto una oportunidad de las más solidas en varios años de conflicto que padece el país para estabilizar la situación humanitaria y alcanzar un acuerdo programático que lleve al cese de las hostilidades y a la paz que ponga fin a una guerra innecesaria.
Los antecedentes del conflicto se remontan a 2014, cuando los rebeldes hutíes sitiaron, atacaron y tomaron Sanaa, la capital del país. Así, comenzaron una guerra civil para derrocar al gobierno, ese conflicto dio lugar a la peor crísis humanitaria internacional y aunque hoy tienen la posibilidad de una salida negociada que -en muchos puntos- les resulta políticamente favorable, los hutíes han rechazado la extensión por otros seis meses de un nuevo alto el fuego con las autoridades gubernamentales yemenitas que acusan a Teherán por ese fracaso.
En Washington también se cree que el posición de los hutíes se debe a su estrecha relacion con Irán como el factor determinante de su rechazo a la tregua y la relacionan con la situación desatada por los levantamientos de la ciudadanía contra el gobierno iraní luego de la muerte de la joven Mahsa Amini, quien fue detenida por el mal uso del hijab violando los preceptos de la vestimenta islámica y presuntamente fuera torturada por la policía religiosa del gobierno, lo cual dio lugar a movilizaciones populares y la actual inestabilidad social y política interna de la República Islámica. Esa idea estadounidense va en línea con las declaraciones de Ahmed Awad Mubarak, Ministro de Relaciones Exteriores de Yemen, quien acusó a Teherán de utilizar a los grupos rebeldes como una más de las cartas que Irán ha creado y tiene a su disposición en la región.
Tiempo atrás, Grundberg también había propuesto ampliar el alcance del acuerdo aunque ello no se logró .”No podemos entender la postura de los hutíes hacia la tregua sin el vínculo con los asuntos internos de Irán”, dijo en ese momento el enviado de la ONU y el gobierno yemenita ratificó sus declaraciones sosteniendo que lo que se conocio como el Diálogo de Manama (Bahréin) ya había dado señales de boicot a cualquier acuerdo por parte de los hutíes.
El impacto de los acontecimientos en Irán, sacudido por protestas antigubernamentales en todo el país desde mediados de septiembre no parece cerca de terminar a pesar de la sangrienta represión que se ha cobrado más de 400 vidas -según informaron a Infobae grupos iraníes en el exilio desde Londres-. La revuelta interna en Irán es determinante en el fracaso para alcanzar la paz aseguró el gobierno yemenita. Aunque se esperaba que los rebeldes aceptaran una renovación de la tregua negociada por la ONU que comenzó el 02 de abril y se extendió en dos oportunidades pareciera que esa opción ya no es materia de negociación para los hutíes. El Ministro Mubarak declaró el jueves que a su modo de ver la situacion, Irán nunca se resignará a perder la carta de sus milicias en lo que se conoce como la expansión de la Media Luna persa, que incluye a Irak, Yemen, Siria y Líbano, todos estos países seguirán bajo las reglas de la injerencia iraní dijo el Ministro quien agregó que Teherán continuará usando sus milicias para sus fines políticos. Los hutíes conforman una de esas milicias favorables a Irán que con muy poca inversión está ganando mucho, dijo Mubarak a la cadena Al-Arabiya.
Bin Mubarak declaró también que Yemen esta pasando por un “período de limbo”, sin una guerra abierta pero sin paz y que los rebeldes habían comenzado a atacar los recursos económicos gubernamentales, principalmente buques tanques e instalaciones petroleras. Las consecuencias de esos ataques afectan de forma negativa al pueblo yemení. Al mismo tiempo, el Ministro denunció que no había un trabajo firme, serio y responsable de la comunidad internacional para presionar a los hutíes ni tampoco a Irán. Mubarak señaló a la cadena árabe de televisión que las acciones de los hutíes representan un grave peligro para las fuentes de energía globales y las rutas comerciales de navegación internacional.
Las declaraciones de Mubarak están en lo cierto, ya que alcanzar un acuerdo de paz que ponga fin al conflicto interno en Yemen es una garantía primordial para el comercio y la seguridad de la navegación de la región, el gobierno parece ser sincero en la busqueda de un acuerdo de paz lo más pronto posible. Sin embargo, hasta el momento ni la ONU, ni Washington e incluso el propio gobierno yemenita lograron resolver el sufrimiento y las carencias del pueblo yemenita por los últimos ocho años.
El conflicto no parece estar cercano a una salida negociada. Por un lado, el gobierno continúa culpando a los hutíes y a la injerencia de Irán; por otro, el liderazgo internacional sostiene que incorporar a Irán en las negociaciones es una línea roja inaceptable que no está dispuesto a cruzar. No obstante, según el Ministro Mubarak, sin la intromisión de Teherán, el gobierno declaró estar predispuesto a la aceptación de muchos aspectos que el año pasado no reconocía a los hutíes siempre que ello coadyuve para alcanzar la paz. Sin embargo, el reclamo del gobierno de Yemen a la comunidad internacional es que debe tener una comprensión adecuada y amplia de la naturaleza del conflicto y debe mostrar su determinación por resolverlo. Ese reclamo va acompañado de lo que según el gobierno yemenita ha sido un grave error de la comunidad internacional al considerar a Yemen sólo desde un enfoque humanitario pero no abordar nunca la causa del problema a la que sindican como las milicias irregulares de los hutíes.
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