El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, visitó este jueves la provincia del Kurdistán, cuna de las protestas por la muerte de Mahsa Amini, y urgió al pueblo a frustrar al “enemigo”, a quien el gobierno acusa de atizar la agitación.
El régimen persa fue acusado por una ola de protestas que comenzaron cuando Amini, una joven de 22 años de origen kurdo, murió en detención el 16 de septiembre tras ser arrestada por haber violado supuestamente el estricto código de vestimenta impuesto a las mujeres.
Tras las históricas revueltas sociales, la República Islámica acusa a Estados Unidos y sus aliados, incluyendo el Reino Unido e Israel, de fomentar la violencia en las calles que un general iraní dijo esta semana que ha dejado más de 300 muertos.
Raisi viajó el jueves a la ciudad de Sanandaj en el Kurdistán, la provincia natal de Amini y el epicentro de las protestas, para el lanzamiento de un sistema de agua potable.
“Durante los recientes disturbios, los enemigos calcularon mal al creer que podrían provocar caos, inseguridad y disturbios”, manifestó en un discurso televisado.
“Pero ellos no sabían que el Kurdistán ha sacrificado la sangre de miles de mártires y que sus habitantes han derrotado al enemigo en el pasado”, agregó, en referencia a la guerra con Irak entre 1980-88.
“El pueblo enfrenta problemas económicos y sociales, pero sabe cómo enfrentarse al enemigo con solidaridad”, afirmó Raisi.
“La nueva generación, que vive en esta región, como sus madres y sus padres, que frustraron los planes del enemigo, van a hacer lo mismo y van a probar que no van a seguir la voluntad del enemigo, especialmente de Estados Unidos”, dijo.
La visita de Raisi al Kurdistán, una provincia fronteriza con Irak, se produce en un momento de máxima tensión tras más de dos meses de protestas que comenzaron con la muerte de Amini.
El lunes, el general Amirali Hajizadeh, comandante de la Fuerza Aeroespacial de los Guardianes de la Revolución, dijo que “más de 300 mártires y personas” han muerto en las protestas. Además, al menos 2.000 personas han sido acusadas de diversos delitos por su participación en las mismas, de las que seis han sido condenadas a muerte hasta ahora.
La ONG con sede en Oslo, Iran Human Rights, dijo el jueves que al menos 448 personas han sido “asesinadas por las fuerzas de seguridad” durante las manifestaciones.
Las autoridades iraníes no han ofrecido datos totales del número de muertos en las movilizaciones. El viceministro de Exteriores, Ali Bagheri Kani, afirmó la semana pasada que “unos 50 policías” habían muerto durante las protestas y que cientos de ellos han resultado heridos, pero no dio datos acerca de los manifestantes.
Las autoridades del régimen han restringido fuertemente la cobertura mediática de las protestas. Los medios de comunicación vinculados al Estado no han informado sobre el número total de víctimas y se han centrado principalmente en los ataques a las fuerzas de seguridad, que las autoridades atribuyen a grupos separatistas y combatientes.
(Con información de AFP)
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