(Desde Riad, enviada especial) “Cuando yo tenía 18 años, me invitaron a la ONU. En ese momento yo era estudiante y me sentía honrado de conocer a John F Kennedy”, cuenta Ban Ki-moon, el ex secretario general de la ONU. “Él nos dijo que los lideres globales no se estaban hablando. Era la época de la Guerra Fría. Pero ustedes, los jóvenes, pueden hacer las cosas mejor. Lo importante es extender una mano amiga”.
Ban Ki-moon fue el principal orador durante la 22ª Cumbre del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), que se realiza en Riad, Arabia Saudita, del 28 de noviembre al 1 de diciembre.
Durante su mandato (de 2007 a 2016), el octavo secretario general de la ONU, impulsó el desarrollo sostenible, el cambio climático y la igualdad de género como temas principales en la agenda de la organización. El diplomático actualmente se desempeña como vicepresidente de The Elders, organización internacional no gubernamental conformada por líderes globales, defensores de la paz y de los derechos humanos.
En la cumbre, el ex Secretario General de la ONU encabeza el grupo de líderes que se reunirá con representantes gubernamentales clave de todo el mundo para alinear sus esfuerzos para apoyar la recuperación del sector y avanzar hacia un sector de viajes y turismo más seguro, resiliente, inclusivo y sostenible.
“La pandemia sigue impactando nuestras sociedades y nuestra forma de vida. La rivalidad entre Estados Unidos, China y Rusia; el ataque ilegal de Rusia a Ucrania, uno de los momentos más peligrosos en décadas. ¿Quién puede resolver esto? Hoy el mundo está en llamas, literal y figurativamente”, alertó durante el encuentro en Riad. “Pero, a pesar de estos desafíos estamos progresando en áreas clave, y tenemos que cambiar el mundo para mejor. Necesitamos aliarnos y colaborar sin fronteras y trabajar para un mundo más justo, solidario y próspero”.
“Estoy preocupado porque los líderes del mundo hoy no están unidos”, reveló. “Espero que lleguen a entender su responsabilidad global”.
Ban Ki-moon afirmó, también, que “el sector dinámico de los viajes tiene un rol fundamental en este sentido. Como ex secretario general ayudé a priorizar y desarrollar objetivos de sustentabilidad para lidiar con el hambre, el cambio climático, la educación, la inequidad, derechos humanos, paz y justicia, y la igualdad de géneros. Así se llega a un mundo más próspero: en un mundo intercultural e intergeneracional”.
Para lograr estos objetivos, el ex secretario general, dice que necesitamos alianzas políticas con corporaciones y solidaridad para implementarlas. “Personas que estén comprometida son cruciales para perseverar para los desafios colmplejos que debemos enfrentar. Los ciudadanos globales son esenciales”.
El turismo entra en juego porque uno puede entender y conectar con otras personas a través de los viajes.
“Los ciudadanos globales son importantes para resolver nuestros desafíos más difíciles. Se identifican no como miembros de una nación sino como miembros de la humanidad. Son comprensivos y tolerantes de las culturas y religiones”.
La conexión de Ban Ki-moon con Arabia Saudita
Su participación en este encuentro global llama la atención, no por la cumbre en sí, sino por su tenso historial con Arabia Saudita.
En junio del 2016, durante su último año como Secretario General de las Naciones Unidas, denunció que Arabia Saudita había ejercido una presión indebida “inaceptable” sobre el organismo mundial después de que un informe de la ONU pusiera en la lista negra a una coalición militar liderada por Arabia Saudita por “matar niños en Yemen”, como reportó Reuters en ese momento.
Los saudíes habían amenazado con recortar su financiación a los programas de la ONU en respuesta a la lista negra y hasta sugirieron que se podría colocar una fatwa, una condena legal islámica contra el organismo mundial.
La ONU entonces eliminó a la coalición de su lista negra anual de derechos del niño, pendiente de una revisión conjunta por parte de la organización y la coalición de muertes y lesiones infantiles durante la guerra de Yemen, que en aquel momento era un conflicto de un año y ahora lleva más de ocho.
La coalición liderada por Arabia Saudita incluía a Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Kuwait, Qatar, Egipto, Jordania, Marruecos, Senegal y Sudán.
Ban Ki-moon describió la decisión como una de las más dolorosas y difíciles de su carrera. Sin embargo, la tomó diciendo que millones de otros niños probablemente sufrirían si se cortara la financiación de los programas de la ONU.
“Los niños que ya corren peligro en Palestina, Sudán del Sur, Siria, Yemen y tantos otros lugares caerían aún más en la desesperación”, justificó ante la prensa. “Es inaceptable que los estados miembros ejerzan una presión indebida”. Nunca especificó si había sido amenazado, y el embajador saudí ante la ONU, Abdallah Al-Mouallimi, aclaró: “No está en nuestro estilo, no está en nuestros genes, no está en nuestra cultura usar amenazas e intimidación. Tenemos el mayor respeto por la institución de las Naciones Unidas”.
Sin embargo, fuentes diplomáticas dijeron que el ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita de aquel momento, Adel al-Jubeir, llamó varias veces al jefe de asuntos políticos de la ONU, Jeffrey Feltman, para quejarse del informe, así como otros representantes de Estados que habían sido nombrados.
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