El régimen de China expresó una nueva señal de apoyo a Rusia, mientras Vladimir Putin continúa desarollando la invasión a Ucrania, condenada por buena parte de la comunidad internacional.
El consejero de Estado y ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, se reunió este domingo con el nuevo embajador de Rusia en China, Igor Morgulov, a quien le dio la bienvenida al país.
Según sostuvo, tanto China como Rusia están comprometidas a promover un mundo multipolar y no creen en la hegemonía unipolar.
“Ambos países están comprometidos a defender el sistema internacional que tenga a la ONU como núcleo y el orden internacional basado en el derecho internacional, y rechazan la política de poder”, afirmó Wang, según reportó la agencia Xinhua.
“Sin importar cómo evolucione la situación internacional, China y Rusia impulsarán la confianza mutua estratégica y la cooperación práctica y defenderán conjuntamente la equidad y la justicia internacionales”, añadió.
Aunque China ha evitado condenar la guerra y criticar directamente a Moscú, Xi Jinping ha llamado a ambas partes a negociar y denunció la amenaza de usar armas nucleares, así como las críticas a la instrumentalización bélica de los alimentos y la energía.
En la cumbre del G20 desarrollada en Bali, Xi no ejerció una defensa de Moscú, representada por el canciller Serguei Lavrov en lugar de Vladimir Putin.
Es posible que el presidente chino haya tomado simplemente la decisión de no ser visto como un aguafiestas o un elemento atípico durante las reuniones cara a cara con otros líderes en Bali. La declaración de condena a la guerra también permite a China evitar ir a por todas con una Rusia que parece cada vez más aislada a medida que aumenta los ataques contra civiles e infraestructuras civiles.
Lo que el régimen de Beijing no ha hecho es cambiar -ni siquiera cuestionar públicamente- sus relaciones fundamentales con Rusia. Y así lo mostró la reunión del domingo.
China ha alineado estrechamente su política exterior con Rusia en los últimos años, ya que los proyectos de gasoductos y la venta de gas natural los han acercado económicamente.
Se ha negado a criticar públicamente la agresión rusa o incluso a referirse a ella como una invasión, al tiempo que ha criticado las sanciones y ha acusado a Estados Unidos y a la OTAN de provocar a Putin, aunque ha advertido que no debe permitirse que el conflicto se vuelva nuclear.
Apenas unas semanas antes de la invasión de Moscú, los líderes ruso y chino se reunieron en Pekín, donde firmaron una declaración conjunta en la que afirmaban que su relación bilateral no tenía “ningún” límite.
No estaba claro si China había presionado para que la declaración del G-20 fuera más suave y reconociera “otros puntos de vista y evaluaciones diferentes” y que el G-20 “no es el foro para resolver cuestiones de seguridad”, pero Shi Yinhong, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Renmin de Pekín, dijo que había presionado para que se utilizaran esas frases en otras ocasiones.
Sin embargo, China puede estar “en una posición mucho más incómoda que India, porque es quien prometió apoyo ilimitado a Rusia unos días antes de la invasión”, dijo Suri. “China (ahora) se ha sumado a ese lenguaje duro, incluyendo la retirada incondicional y completa de las fuerzas rusas de Ucrania”.
(Con información de AP)
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