Después de la oleada de principios del otoño boreal a la que siguió una breve pausa, la epidemia de Covid-19 da la impresión que está de vuelta. El virus vuelve a escena entre los europeos, aunque ninguna proyección epidemiológica se apura en advertir cuál será su intensidad. Según los primeros datos de las autoridades sanitarias, el SARS CoV-2 resurge aumentando proporcionalmente en la medida que caen las temperaturas.
El primer informe de la Agencia de salud pública de Francia da detalles de este regreso, en un contexto ya de por sí tenso, entre la bronquiolitis y la llegada de la gripe. La semana pasada estuvo marcada por una “reanudación de la circulación” del coronavirus y un aumento de las hospitalizaciones, resume Public Health France, en su informe semanal sobre la epidemia.
Actualmente es difícil obtener detalles precisos del número de casos en Francia, debido a una huelga de los laboratorios de biología. Pero los datos transmitidos por las farmacias muestran claramente una reanudación de los casos. Sin embargo, las estimaciones hablan del riesgo de alcanzar los 50.000 casos diarios en promedio, cuando muchos franceses han abandonado los gestos de barrera, pareciendo ignorar el repunte a menos de un mes de la Navidad.
Mientras esto aparece en Francia, cada vez más expertos coinciden en una misma hipótesis: podríamos encontrarnos en una nueva etapa de la pandemia de Covid, en la que van a convivir varias variantes simultáneamente, en constante competencia y mutación. Según afirman varios científicos, las subvariantes del virus lo están teniendo cada vez más complicado para imponerse, aunque esta teoría debe aún demostrarse y confirmarse con el tiempo, puesto que siempre podría aparecer un linaje que desbanque a todos.
Por otro lado, aunque hace unas semanas las mascarillas se habían convertido casi en una curiosidad, el panorama en Francia, Alemania, España o Italia deja de ser el mismo. Debe sumarse que cada vez menos personas se testean, por lo cual las autoridades pierden la trazabilidad del virus. Muchos otros se hacen autotests y por eso no entran en las estadísticas oficiales.
Todo hace que las cifras probablemente están ya subestimadas. En este contexto, los médicos llevan semanas alertando de la gravedad de la situación. Una avalancha de casos de bronquiolitis provocados por el VRS (virus respiratorio sincitial) está complicando a los hospitales. La epidemia aún no ha alcanzado su pico y no se sabe cuánto va a durar. Este panorama, por decir, ha hecho que el servicio de salud de España ya tenga un programa de contingencia para responder al aumento de pacientes con enfermedades respiratorias.
“Todos los indicadores virológicos y de utilización de la atención médica muestran una reanudación de la circulación de SARS CoV-2: las tasas de incidencia y positividad de las pruebas de antígeno solo, así como las calculadas en todas las pruebas, han aumentado”, se puede leer en el informe galo. “Del mismo modo, aumentan los actos y las visitas a urgencias de SOS Médecins, así como los nuevos ingresos hospitalarios y de cuidados críticos”.
La actual dinámica del virus en Alemania hizo que el virólogo Christian Drosten, quien fuera el científico elegido por Angela Merkel para diseñar su política pandémica, se muestre esperanzado. A pesar de que a principios de octubre un rápido aumento de casos hiciera que en una sola semana creciera en un 50% el número de camas ocupadas por pacientes con coronavirus en Alemania, el experto asegura que “la situación del virus se está volviendo precaria”.
Casi sobre el invierno europeo, y con este el frío, habrá una combinación mayor de transmisión de virus respiratorios. En este sentido, Drosten contempla dos posibles escenarios, dadas las dos variantes de Ómicron que están tomando fuerza en este momento: BF.7 y BQ.1.1. Esta última, también conocida como “perro del infierno”, tiene un “escape inmune adicional”, es decir, es más resistente a las vacunas que otras variantes. Sin embargo, el virólogo también ve posible que suceda una “suave ola de invierno” durante los próximos meses.
En el viejo continente, la epidemia de bronquiolitis, que afecta principalmente a los bebés, alcanza una escala sin precedentes. Y la de la gripe estacional, promete ser más temprana de lo habitual y hace temer el impacto de una “tripledemia”.
Con este panorama, los gobiernos europeos podría volver a imponer los gestos de barrera. El uso de una máscara en lugares cerrados y muy concurridos, que incluso es obligatorio en transporte público en España o Alemania, amenaza con convertirse nuevamente en obligatorio.
Public Health France por ahora anima a los franceses a actualizar su vacunación anti-Covid y volver al “tapabocas”. Con respecto a las vacunas, desde principios de octubre, la dosis de refuerzo para las personas de riesgo, que incluyen en particular a todos los mayores de 60 años, ha vuelto a ser la regla, casi en todo territorio comunitario.
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