El agua del Mar Mediterráneo en la Cala dels Corbs, un exclusivo balneario en Cataluña, es tan clara que los veraneantes suelen tener la sensación de que están levitando cuando se refrescan. Esta localidad, ubicada a 120 kilómetros de Barcelona, en el camino a la frontera con Francia, ha tenido durante los últimos años visitantes secretos vinculados a la oligarquía rusa. El funcionario Serguéi Kiriyenko, un hombre clave para el presidente Vladimir Putin, habría comprado una propiedad en suelo español a través de un testaferro.
Los medios rusos Sobesednik y Vazhnie Istorii investigaron la presencia de familiares de Kiriyenko en esta propiedad de lujo que se levanta sobre las formaciones rocosas que componen la orilla del Mediterráneo. La reconstrucción comenzó a través de distintos posteos que su nucleo familiar realizó en redes sociales. Infobae comprobó que el titular del inmueble en la Cala dels Corbs es Roberto Gndolián, amigo íntimo del hijo del funcionario, que interpuso una sociedad española como dueña formal del inmueble..
Kiriyenko es clave en el Kremlin: es el jefe de la Administración Presidencial desde 2016, lo que demuestra su cercanía con Putin. Fue, además, el hombre detrás de los referéndums de anexión del Donbass, que justificó la invasión rusa a Ucrania. Pero este funcionario ya había quedado bajo la lupa en 2020, cuando la Unión Europea lo había incluido en su listado de sancionados tras el envenenamiento del opositor Alexéi Navalni, hoy detenido en Moscú.
La geografía ha permitido que los Kiriyenko transformaran la mansión frente al Mediterráneo en una especie de fortificación. La casa principal, construida en dos pisos, suma unos 350 metros cuadrados. El terreno está ubicado al borde de un camino de acantilado de casi 3000 metros de largo, lo que dificulta el acceso a la vivienda, según publicó el diario español La Vanguardia, que reprodujo la investigación periodística.
Esta casona está a nombre de Bell-67 SL, sociedad que cambió de propietario a fines del 2013. El domicilio de la firma está fijado en la “Comunitat Cala deis Corbs, Parcela 1″, provincia de Girona, pudo comprobar Infobae en base a documentos oficiales. Las negociaciones -agrega la investigación- estuvieron a cargo de una persona de nombre Vladimir Surinam, que visitó la casa en reiteradas oportunidades ese año. Desde que se ejecutó el cambio de manos de la sociedad -y por consiguiente de la casa-, la empresa ha ampliado su capital hasta los 2,8 millones de euros.
Los medios rusos aseguran que esa ampliación de capital se justifica por la compra de un segundo terreno, contiguo a la casa. Sería una propiedad de 16.000 m2 con una pequeña casa que sería utilizada por personal de seguridad del funcionario ruso. La propiedad cuenta con distintas cámaras para observar cualquier movimiento en los alrededores.
El testaferro, un amigo de su hijo
La mansión está a nombre de Gndolián, un compañero de estudio de Vladimir Kiriyenko, el hijo del funcionario. Gndolián ya estuvo involucrado en otras operaciones financieras que su compañero e, incluso, también lo llevó a trabajar con él a la firma de telecomunicaciones pública Rostelecom.
No es la primera vez que amigos de Putin o criminales rusos estrechan lazos económicos con España. Días después de haber comenzado la guerra en Ucrania, el gobierno español incautó un yate del magnate Serguéi Chemezov, titular de Rostec, la empresa pública de armas de Rusia, como parte de las sanciones impuestas por la Unión Europea.
La huella del dinero ruso es casi siempre opaca en la costa española. Entre las operaciones policiales de más impacto se destaca en 2017 la detención de Alexander Grinberg, acusado de blanquear dinero para la mafia rusa. Años atrás también había sido detenido Alexander Malyshev en una operación contra la mafia rusa en la que se obtuvieron 12 millones de euros, decenas de yates y casas de lujo.
Un hombre de Putin
Pocos pensaban que Kiriyenko haría carrera dentro del Kremlin. Había sido nombrado, para sorpresa de muchos, como primer ministro ruso en 1998, el más jóven funcionario en ocupar ese cargo con apenas 35 años. La devaluación del rublo y una crisis financiera lo expulsaron del cargo apenas cuatro meses después de asumir.
Pero ese escaso tiempo como una de las máximas autoridades rusas le abrieron las puertas de una relación que le aseguraría su futuro político. Kiriyenko nombró a un entonces desconocido Vladimir Putin para jefe de los servicios de Inteligencia. Dos años después, Putin conseguiría su primera victoria electoral para convertirse en el premier de Rusia. Una de sus primera medidas es entregarle a Kiriyenko un cargo militar en un lugar clave para el desarrollo de energía nuclear. Años después, Putin lo ascendió hasta dejarlo a cargo de Rosatom, el gigante estatal ruso de energía atómica.
Con la guerra de Ucrania ya desatada, Kiriyenko se acercó aún más a Putin, según reconstruyó el portal ruso Meduza. Se dejó ver con uniforme militar por Jerson y Melitopol y hasta se propuso para administrar los territorios ocupados por los rusos en Ucrania. Meduza informó que el funcionario persuadió personalmente a Putin para que llevara adelante las elecciones en el Donbás para anexar sus territorios que ya habían sido ocupados por las tropas rusas. Según Meduza, Kiriyenko fue uno de los ideólogos del “patrocinio” de las regiones rusas sobre las diferentes regiones de Ucrania, que básicamente consiste en financiar la reconstrucción de esos lugares y la asistencia al personal. Por ejemplo: San Petesburgo se ha comprometido a ayudar a Mariupol.
Desde que Putin tomó la decisión de invadir Ucrania es cada vez más normal encontrar a Kiriyenko participando de actos públicos. Algunos medios de comunicación rusos, incluso, consideran que pretende postularse como el sucesor de Putin. Mientras Kiriyenko perpetúa el horror de la guerra, su familia disfruta de la paz de la naturaleza y las paradisíacas playas españolas.
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