Ucrania denuncia un ataque ruso de falsa bandera y presiona a Washington por más ayuda financiera

Kiev reveló que las fuerzas armadas de Putin planean ejecutar una serie de ataques terroristas en Bielorrusia

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Volodymir Zelensky
Volodymir Zelensky

La oficina de inteligencia del Ministerio de Defensa ucraniano informó el pasado martes a través de un comunicado dirigido a Washington que las grupos especiales de las fuerzas armadas rusas planean ejecutar una serie de ataques terroristas en Bielorrusia, entre ellos los objetivos serían su infraestructura militar cercana a las fronteras de la Unión Europea (UE) y del propio territorio de Ucrania.

Entre los blancos de posibles ataques rusos, según el ministro ucraniano de Defensa se encontraría la planta nuclear de Ostrovets, muy cercana a la frontera con Lituania, por lo que el Ministerio de Defensa informó el lunes al presidente Zelensky que Rusia está planeando un ataque de “falsa bandera” contra la planta nuclear Bielorrusa con la intención del Kremlin de involucrar a ese país y colocarlo como su aliado en su guerra contra Ucrania.

El presidente Zelensky avisó de inmediato sobre la información de inteligencia recabada por sus oficiales a Washington y a la OTAN del intento de Putin para incluir la participación abierta del ejército bielorruso contra su país. La inteligencia de Kiev también denunció que prisioneros ucranianos con sus propios uniformes podrían ser utilizados para culpar por el ataque a Ucrania. La administración Biden ordenó de inmediato al Pentágono profundizar el monitoreo de la información recibida ante el posible ataque de Moscú a la planta nuclear Bielorrusa para responsabilizar a Ucrania. Los militares estadounidenses piensan que la acusación ucraniana es creíble, reviste gravedad y va en consonancia con operaciones conocidas de Putin, quien tiene en mente atacar plantas nucleares como ya sucedió en aéreas cercanas a Zaporizhzhia, la que fue blanco de graves bombardeos durante el último fin de semana. Así, con Kiev y Moscú acusándose mutuamente, la situacion amenaza tornarse más compleja según informo la BBC de Londres.

En este escenario, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, informó el pasado miércoles al liderazgo militar de la OTAN por medio de video-conferencia sobre la necesidad de mayores garantías de protección contra el accionar del sabotaje ruso de las instalaciones nucleares en la región. Al mismo tiempo, en esa reunión el presidente ucraniano agradeció al Departamento del Tesoro estadounidense por el nuevo paquete de ayuda a su país por unos U$D 4.500 millones que fue dado a conocer por Estados Unidos a principios de la semana e informó a las autoridades de la OTAN que esa ayuda será muy útil para que Ucrania continue resistiendo la invasión rusa iniciada el 24 de febrero pasado. Sobre esa asistencia, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, explicó desde Washington que esos fondos se transferirán a Ucrania a partir de los próximos días, aunque explicó la ayuda en el sostenimiento de la economía y los servicios básicos a cargo del gobierno ucraniano. Sin embargo, Zelensky reitero su pedido en referencia a todas las promesas realizadas a su país tanto por Estados Unidos como la OTAN y la Unión Europea (UE) desde que se inició la guerra.

En esa dirección, el mandatario ucraniano menciono su desacuerdo con el trabajo de un grupo de especialistas del Instituto de Estudios de Guerra con sede en los EE.UU. que arroja una evaluación muy poco probable sobre la posibilidad de que Bielorrusia invada Ucrania y ofreció información de inteligencia según la cual el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania tiene otra percepción sobre la probabilidad de esa situación.

El informe estadounidense sostiene que no se observaron tropas o desplazamientos militares de Bielorrusia en dirección de Ucrania. No obstante, Zelensky señaló que en octubre el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, anunció el despliegue de sus tropas junto con soldados rusos a menos de 3 kilómetros de la frontera ucraniana, por lo que su país necesitaría mucha más ayuda económica y militar, la que actualmente se encuentra demorada.

La inteligencia recabada por la OTAN -aunque no reconocida por la Organización del Atlántico Norte- es que un número cercano a los 6.000 soldados rusos fueron desplegados desde mediados de octubre en la frontera de Bielorrusia con Ucrania como una fuerza operacional conjunta. Ese punto fue denunciado nuevamente por Zelensky en su pedido de mayor ayuda al presidente Biden la semana pasada.

La posición de Bielorrusia es conocida, Lukashenko facilito su territorio como teatro operacional para el despliegue de efectivos militares de artillería e infantería rusa en las primeras semanas de la invasión y aún hoy es un aliado regional clave para el Kremlin.

Informes del Estado Mayor de Guerra ucraniano sostienen que Bielorrusia proporciona a Putin la infraestructura necesaria, el territorio y su espacio aéreo a las fuerzas rusas, especialmente a su fuerza aérea, la que vuela diariamente hacia Ucrania desde el espacio Bielorruso. Incluso en su retirada reciente de suelo ucraniano, un número indeterminado de tropas rusas se replegó a través de la frontera con Bielorrusia.

Al mismo tiempo, el presidente Zelensky insistió en su reclamo de mayor ayuda militar prometida recientemente por el presidente Biden. Hay que recordar que desde la última solicitud adicional por U$D 38 mil millones de la administración Biden al Congreso para financiar las fuerzas militares y la economía de Ucrania, sólo unos U$D 21.000 millones serían destinados a la reposición de equipos militares estadounidenses, lo que según Zelensky, otorgaría un apoyo insuficiente por parte de Washington a Kiev. Sin embargo, el pedido de la administración Biden puede enfrentar varios problemas, especialmente por la nueva composición del Congreso, donde Biden no ha quedado bien parado luego de las elecciones de medio tiempo. Así, cualquier solicitud adicional para financiar la guerra de Ucrania podría no obtener una aprobación fácil del Congreso antes de enero.

El mayor escollo para continuar su política de asistencia a Ucrania y cumplir con las promesas que realizo a Zelensky, es que el presidente Biden debe superar el escollo de los 57 miembros de la Cámara de Representantes más los 11 senadores republicanos que votaron en contra del primer suplemento de ayuda financiera a Ucrania por U$D 40 mil millones que el Congreso aprobó en mayo y del número aún mayor de republicanos de la Cámara que votaron en contra de la Resolución de ayuda de finales de septiembre cuya partida debía ser de U$D 12.300 millones más para Kiev.

Actualmente el sector duro republicano se ha fortalecido luego de las elecciones por lo que podría resultar muy difícil para el presidente Biden reunir la aprobación para un quinto paquete suplementario de ayuda financiera para Ucrania. La situación política interna estadounidense podría sostener a las fuerzas ucranianas durante algún tiempo, dado que la financiación aprobada a principios de septiembre aún no se ha gastado por completo, pero si no se aprueban las partidas restantes en enero, los meses siguientes de 2023 pueden presentar profundas dificultades para Zelensky en materia de ayuda económica y militar de cara al año entrante cuando Kiev necesite urgentemente blindaje adicional en todas sus áreas. Putin lo sabe, su aliado Lukashenko también, de manera que el Kremlin intentará prolongar la guerra convencional a la espera de que eso suceda, es allí donde se cree que no es muy probable que se den ataques a centrales nucleares o el uso de armas tácticas por parte de Moscú para que la posición del nuevo Congreso no libere más fondos que Ucrania necesita recibir imperiosamente para continuar enfrentando a Rusia con alguna posibilidad de empujar sus tropas fuera de su territorio y ello no se debe a una posición republicana contraria a los intereses de Ucrania, sino que se relaciona con la idea de una salida negociada que ponga fin a una guerra que hasta hoy nadie puede ganar, es innecesaria y está demandando demasiado dinero de los contribuyentes estadounidenses.

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