El papa Francisco recibió hoy en el Vaticano, sede la Iglesia Católica, a una delegación del Congreso Judío Mundial, en lo que ha sido catalogado como un encuentro histórico que busca fortalecer los lazos entre judios y católicos.
“A la luz del patrimonio que compartimos, consideremos el presente como un desafío que nos une, como un incentivo para actuar juntos”, dijo el líder de la Iglesia Católica mientras le daba la bienvenida a la comitiva judía.
“Nuestras dos comunidades de fe tienen encomendada la tarea de trabajar para que el mundo sea más fraterno, combatiendo las formas de desigualdad y promoviendo una mayor justicia, para que la paz no se quede en una promesa de otro mundo, sino que se convierta en una realidad del presente en nuestro mundo”, agregó el sumo pontífice.
El Congreso Judio, es también conocido como “Kishreinu”, lo cual significa en hebreo “Nuestro Vínculo” y tiene como principal motivo fortalecer los lazos judeo-católicos en todo el mundo.
El papa recicibió a los líderes de las comunidades judías de más de 50 países en el Palacio Apostólico, en el que se sirvió comida kosher para compartir entre los presentes. Este es el primer evento formal realizado por una organización judía en el Vaticano desde la fundación de la Iglesia Católica.
“Quienes nos reunimos hoy aquí estamos ansiosos por promover nuestro vínculo con la Iglesia Católica. Hoy lanzamos el proceso de ‘Kishreinu’, que refuerza el futuro común de nuestros dos pueblos y presenta una nueva etapa en el vínculo católico-judío”, dijo Ronald S. Lauder, presidente del Congreso Judío Mundial.
“No lo ignoramos. No olvidamos. Pero miramos hacia adelante, juntos. Y qué mejor que todos los hijos de Dios vivan juntos en paz, armonía y en la casa del señor, para siempre” agregó.
Asimismo, Kurt Koch, jefe del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, destacó que, “con nuestro patrimonio compartido, tenemos la responsabilidad común de trabajar juntos por el bien de la humanidad, refutando el antisemitismo y las actitudes anticatólicas y anticristianas, así como como todo tipo de discriminación, para trabajar por la justicia, la solidaridad y la paz, para difundir la compasión y la misericordia en un mundo a menudo frío y despiadado”.
Por otra parte, el Papa pidió “hacer lo humanamente posible” para detener los conflictos, como el que se vive en Ucrania, “una guerra sacrílega que amenaza a judíos y cristianos por igual”.
“Hoy, hermanos y hermanas, en muchas regiones del mundo la paz está amenazada. ¡Reconozcamos juntos que la guerra, cualquier guerra, es siempre, como sea y en todas partes, una derrota para toda la humanidad!”, dijo el Papa en su discurso.
Y añadió: “¡Pienso en la de Ucrania, una guerra sacrílega que amenaza a judíos y cristianos por igual, privándolos de sus seres queridos, de sus casas, de sus bienes, de sus propias vidas!”.
“Sólo en la voluntad seria de acercamiento y en el diálogo fraterno es posible preparar el terreno para la paz. Como judíos y cristianos, tratamos de hacer todo lo humanamente posible para detener la guerra y abrir caminos de paz”, añadió.
El pontífice dijo a los representantes judíos que “la tarea de estas dos comunidades es trabajar para que el mundo sea más fraterno, luchando contra las desigualdades y promoviendo una mayor justicia, para que la paz no se quede en una promesa del otro mundo, sino que ya sea una realidad en este”.
“Cuántos seres humanos, creados a imagen y semejanza de Dios, están desfigurados en su dignidad, por una injusticia que desgarra el planeta y representa la causa de fondo de tantos conflictos, el pantano en el que se estancan las guerras y las violencias”, lamentó el papa.
E invitó a los representantes del Congreso Judío Mundial “a recuperar este pantano de injusticia que está hundiendo la convivencia fraterna en el mundo, tanto como la devastación ambiental compromete la salud de la tierra”.
(Con información de EFE)
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