Turquía bombardeó este sábado la ciudad de Kobane, en Siria, tras resonsabilizar a las fuerzas kurdosirias del lugar por el atentado en Estambul que seis días atrás dejó a seis personas muertas y 81 heridas.
Farhad Shami, el portavoz de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza armada liderada por los kurdos, anunció en su cuenta de Twitter que Kobane, “la ciudad que derrotó al Estado Islámico” fue “sometida a un bombardeo por parte de aviones de la ocupación turca”.
Según Shami, también fueron bombardeadas las aldeas de Dahir al Arab y Al Beilonya, ambas habitadas por personas desplazadas de dos zonas sirias tomadas por Turquía y sus milicias aliadas en operaciones fronterizas que tuvieron lugar en los últimos años. En total se registraron cerca de 25 ataques en todo el norte del país árabe.
“Ha llegado la hora de ajustar cuentas. Los bastardos deberán rendir cuentas por sus ataques pérfidos”, tuiteó, por su parte, el Ministerio de Defensa turco junto a una imagen de un avión despegando para una operación nocturna.
“Los nidos de terror son arrasados por ataques de precisión”, continuó el mensaje en el que se adjuntó un video que muestra cómo se fija el objetivo de un blanco, que estalla poco después.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos dio cuenta de al menos doce muertos, todos ellos miembros de las fuerzas kurdas y las tropas gubernamentales.
El departamento de Estado de Estados Unidos había expresado este viernes su temor a “una eventual acción militar de Turquía”, por lo que desaconsejó a sus ciudadanos viajar al norte de Siria e Irak.
Los ataques se dieron a seis días del atentado en el centro de Estambul, en el que la detonación de una bomba en la calle comercial de Istiklal dejó seis muertos y más de 80 heridos.
En base a las primeras investigaciones, Ankara apuntó contra una mujer siria entrenada por las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) -uno de los principales componentes de las FSD- y la acusó de haber colocado el artefacto explosivo. La orden de ejecutar el atentado fue dada “desde Kobane”, asegura la versión turca promovida por el ministro del Interior, Suleyman Soylu.
Ankara considera a las YPG y el Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK) -la guerrilla kurda de Turquía- como ramas regionales de la misma organización; por tanto, ambas son tomadas como organizaciones terroristas.
Por su parte, las fuerzas kurdosirias negaron vinculación alguna con la explosión del pasado domingo y, por el contrario, acusaron al presidente Recep Tayyip Erdogan de utilizar este hecho como una excusa para atacar al norte de Siria a fin de hacerse de más apoyo de cara a las elecciones que tendrán lugar el año entrante.
Kobane está ubicada en la provincia noroccidental de Alepo y es una ciudad estratégica e importante bastión de las fuerzas kurdosirias.
Desde 2014 esta ciudad es escenario de la cruenta batalla entre el Estado Islámico y las fuerzas kurdosirias que le hicieron frente. Es por ello que se la considera un símbolo de la resistencia kurda contra el “califato”, al que estas milicias arrebataron su último bastión en el país en el 2019.
(Con información de AFP y EFE)
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