Se terminó el misterio. O, por lo menos, una parte de él.
Este viernes, durante el lanzamiento de un misil balístico intercontinental que cayó en el mar de Japón, el dictador norcoreano Kim Jong-un mostró por primera vez a su hija en público. Se trata de Kim Ju-ae, a quien nunca se le había visto el rostro y se presume sería la primera descendiente del dictador.
Debido al alto grado de hermetismo que gira en torno al matrimonio en el poder, hay múltiples especulaciones que indican que la joven tendría también dos hermanos -uno de ellos sería hombre y, sobre el otro no hay información al respecto-. Sus nacimientos habrían sido en 2013 y 2016, según creen investigadores; sin embargo, hasta el momento solamente se ha logrado confirmar la existencia de Ju Ae. El basquetbolista estadounidense cercano al régimen, Dennis Rodman, contribuyó indirectamente a ello al afirmar en una entrevista tras su visita a la casa del matrimonio que había tenido en brazos a la niña.
La revelación se dio en una serie de fotografías difundidas por el régimen en las que se ve a la joven caminando junto a su padre en la base donde el dictador tiene una especie de palco en el que se sienta y observa con sus binoculares el lanzamiento de sus más preciados objetos: los misiles.
La hija de Jong-un vestía un tapado blanco, un pantalón negro y su pelo estaba perfectamente recogido.
Junto a ellos estaba también un equipo de asesores y su esposa, Ri Sol-ju. La pareja se consolidó en 2009 cuando contrajeron matrimonio aunque la noticia se dio a conocer años más tarde, en 2012. En ese momento, el analista del Instituto Sejong en Seúl, Cheong Seong-chang, confirmó a The Korean Times que Sol-ju era efectivamente la primera dama norcoreana.
En ese momento comenzaron los primeros rumores sobre su descendencia ya que el mismo analista aseguró que habrían tenido a su primera hija en 2010, lo que explicaría las desapariciones ocasionales ante el público.
Un nuevo lanzamiento de misiles
El de este viernes fue uno más de las decenas de lanzamientos que el régimen llevó a cabo en las últimas semanas, en un año récord para el programa de defensa de Corea del Norte. Se trató de un misil balístico de largo alcance, que cayó en aguas de la zona económica especial de Japón, a 210 kilómetros de la costa oeste de la isla de Hokkaido.
Este hecho tuvo lugar en medio de las conversaciones que entablan por estos días los ministerios de Defensa surcoreano y estadounidense y tras establecer un organismo consultor de políticas dedicado a los misiles.
El Grupo Consultivo de Política de Respuesta a Misiles (CMWG) tiene por objetivo sentar las bases para una coordinación de políticas “más profunda” en este terreno, con motivo del aumento de los lanzamientos por parte del dictador norcoreano, “con frecuentes provocaciones de misiles sin precedentes”.
El régimen reanudó este año las pruebas sobre misiles balísticos intercontinentales por primera vez desde 2017 y rompió la moratoria autoimpuesta sobre los lanzamientos de largo alcance tras estancarse las conversaciones de desnuclearización.
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