Ucrania denunció este jueves que millones de personas no tienen electricidad, ya que los nuevos ataques rusos afectaron a ciudades de todo el país y paralizaron la infraestructura energética.
“Actualmente, más de 10 millones de ucranianos están sin electricidad”, señaló el presidente Volodimir Zelensky, precisando que las regiones de Odesa (sur), Vinnytsia (centro), Sumy (noreste) y Kiev (norte) eran las más afectadas.
Rusia lanzó este jueves una nueva ola de bombardeos contra varias ciudades, incluida la capital, Kiev, que ya sufre apagones frecuentes provocados por los ataques en momentos en que llegan las primeras nieves a la región.
Más temprano, Zelensky había denunciado en un foro económico los ataques “terroristas” de las tropas de Vladimir Putin: “Decenas de misiles esta mañana. Los sitios civiles son el principal blanco. Rusia le hace la guerra a la electricidad y la calefacción, destinadas a la gente, al hacer explotar centrales eléctricas y otras instalaciones energéticas”.
Rusia afirmó que el sufrimiento de los civiles en Ucrania es “la consecuencia” de la negativa de Kiev a negociar.
Ucrania ya había sido golpeada el martes por una serie de ataques que dejaron sin electricidad por varias horas a unos 10 millones de ucranianos, según las autoridades de Kiev.
Los bombardeos rusos del jueves dejaron al menos 14 heridos en Dnipro (centro-este), entre ellas una adolescente de 15 años, informó el gobernador regional, Valentin Reznichenko.
En la región de Kiev, la defensa ucraniana derribó dos misiles de crucero así como drones suicidas rusos Shahed, de fabricación iraní, informó la administración militar de la ciudad.
En la región de Odesa (sur), los rusos atacaron una infraestructura y tres personas resultaron heridas, según la administración regional.
Rusia también bombardeó la región de Kharkiv (noreste), indicó su gobernador, Oleg Synegubov, quien precisó que los ataques alcanzaron “infraestructuras críticas” y que al menos tres personas resultaron heridas.
Los bombardeos de estos últimos días se produjeron después de que las fuerzas rusas se vieran obligadas a retirarse de Kherson (sur) por una contraofensiva ucraniana.
Dmytro Lubynets, encargado de temas de Derechos Humanos en el Parlamento ucraniano, denunció un nivel “horroroso” de torturas en Kherson durante los ocho meses de ocupación rusa.
“Decenas de personas” sufrieron “descargas eléctricas y golpes con tubos de metal. Les rompían los huesos” y “los rusos lo grababan todo”, aseguró Lubynets.
El operador nacional de electricidad, Ukrenergo, anunció la prolongación de los cortes de electricidad durante el jueves debido al “empeoramiento de la situación”.
La compañía indicó en Facebook que “una ola de frío” había provocado un aumento de la demanda en las regiones donde se había restablecido recientemente la electricidad.
En Kiev, que vivió su primera nevada en la antesala del invierno boreal, muchos distritos se quedaron sin electricidad. Un fino manto de nieve cubría los coches estacionados en las calles de la capital.
El gobernador regional de Kiev, Oleksii Kuleba, advirtió que la próxima semana será “difícil”, con temperaturas que podrían bajar a “hasta -10 °C”.
Por su parte, continúa la controversia sobre lo ocurrido el martes cuando un misil mató a dos personas en Polonia, un país de la OTAN, cerca de la frontera ucraniana.
Según Polonia y la OTAN, esa explosión, que hizo temer una escalada en el conflicto, fue causada posiblemente por un misil de la defensa antiaérea ucraniana lanzado para interceptar proyectiles rusos.
Zelensky reiteró el miércoles que el proyectil era ruso, pero este jueves matizó su postura.
“No sé qué pasó. No lo sabemos con certeza. El mundo no lo sabe. Pero estoy seguro de que era un misil ruso, estoy seguro de que disparamos desde sistemas de defensa aérea”, declaró.
Un grupo de expertos ucranianos llegó a Polonia para participar en la investigación sobre la procedencia del misil, informó el ministro ucraniano de Exteriores, Dmitro Kuleba.
(Con información de AFP)
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