El reciente ataque con misiles rusos que impactó en Polonia y que dejó dos personas muertas es uno más de una siniestra cadena de sucesos contra blancos civiles en los que Moscú ha estado involucrado en las últimas décadas.
El Gobierno polaco anunció este martes que investiga la explosión cerca de su frontera con Ucrania en la que murieron dos personas, e indicó que está valorando si es necesario consultar a sus socios de la OTAN en relación con la existencia de una amenaza a su territorio.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo este martes que la Alianza Atlántica está “haciendo un seguimiento” de la explosión, y subrayó la importancia de que “se establezcan todos los hechos”.
Según dijo en su cuenta de Twitter, Stoltenberg conversó con el presidente polaco, Andrzej Duda, “sobre la explosión en Polonia” y ofreció sus condolencias por “la pérdida de vidas”.
“La OTAN está haciendo un seguimiento de la situación y los aliados están consultándolo de cerca. Importante que se establezcan todos los hechos”, añadió el secretario general de la Alianza.
El horror en Bucha
A comienzos de abril de 2002, casi un mes después de que Rusia invadiera Ucrania, alrededor de 410 cadáveres fueron recuperados en la ciudad ucraniana de Bucha, situada en los alrededores de la capital, Kiev.
Las autoridades de Kiev denunciaron la masacre cometida por el ejército ruso en esa ciudad del norte del país, que fue asediada y bombardeada durante semanas y en la que, al ser recuperada por las tropas del país, se encontraron cientos de cadáveres en sus calles, la mayoría de ellos civiles.
Según las informaciones facilitadas por el diario Ukrayinska Pravda, que cita a los servicios funerarios de Bucha, “en total se han encontrado entre 330 y 340 cuerpos en Bucha, pero hay más”, precisó.
Más tarde, la fiscal general ucraniana, Iryna Venediktova, señaló que se habían recuperado los cuerpos de 410 civiles.
Los rusos cazaron personas en listas preparadas por sus servicios de inteligencia y fueron de puerta en puerta para identificar amenazas potenciales. Aquellos que no pasaron el filtro, incluidos combatientes voluntarios y civiles sospechosos de ayudar a las tropas ucranianas, fueron torturados y ejecutados.
Soldados rusos violan mujeres
Los testimonios de cientos de mujeres que fueron violadas por soldados rusos durante la invasión a Ucrania son escalofriantes.
Sobre este punto, la representante especial de la ONU sobre Violencia Sexual en Conflictos, Pramila Patten, señala que las violaciones y agresiones sexuales atribuidas a las fuerzas rusas en Ucrania constituyen claramente “una estrategia militar” y una “táctica deliberada para deshumanizar a las víctimas”.
“Todos los indicios están ahí”, aseguró Patten en una entrevista con la AFP en París.
“Cuando mujeres y niñas son secuestradas durante días y violadas, cuando se empieza a violar a niños y hombres, cuando vemos una serie de casos de mutilaciones de órganos genitales, cuando escuchamos los testimonios de mujeres hablando de soldados rusos equipados de viagra, se trata claramente de una estrategia militar”, detalla.
“Y cuando las víctimas hablan de lo que se dijo durante las violaciones, está claro que es una táctica deliberada para deshumanizar a las víctimas”, agrega la abogada británico-mauriciana de 64 años, representante especial desde 2017.
El uso de armas químicas
En abril de 2018, al menos 70 personas, la mayoría mujeres y niños, murieron por asfixia en un ataque químico contra la ciudad de Duma, lo que era el último bastión rebelde a las afueras de Damasco. El ataque fue atribuido al dictador sirio Bashar al Assad, con la complicidad de su aliado Rusia.
La Unión Soviética era una potencia avanzada en el uso de todo tipo de armas de destrucción masiva, incluyendo las químicas, y Rusia heredó este arsenal y la tecnología para su desarrollo.
Cuando firmó el tratado de la CWC, en 1993, el país declaró tener 39.967 toneladas de armas químicas que para el 2011 dijo haber destruido en un 57%.
Sus instalaciones de almacenamiento declaradas se encuentran en Gorny, Kambarka, Shchuchye, Maradykovsky y Leonidovka.
Entre los agentes en posesión están el gas mostaza, la lewisita, el sarín, el soman, el VX y el Novichok.
El 4 de marzo de 2018, el es expía ruso Serguéi Skripal y su hija, Yulia, fueron envenenados precisamente con el Novichok, lo que provocó una fuerte crisis diplomática entre Rusia y la comunidad internacional.
Skripal había trabajado en los servicios de inteligencia rusos y luego se había convertido en doble espía al servicio del Reino Unido. Por esta razón fue encerrado en 2006 y luego entregado a los británicos en 2010 en un intercambio de agentes.
El Novichok ya se había usado para asesinar en 1995 al banquero ruso Ivan Kiveldi y a su secretaria, Zara Ismailova.
El derribo del avión de Malaysia Airlines
El 17 de julio de 2014, un misil ruso derribó el vuelo MH17 de Malaysia Airlines en el este de Ucrania y acabó con la vida de 298 personas.
Aquel día, un Boeing 777 de Malaysia Airlines despegó desde el Aeropuerto de Ámsterdam rumbo a Kuala Lumpur, donde debía aterrizar a las 06:10 (hora local) con los 283 pasajeros y los 15 miembros de la tripulación que transportaba en su fuselaje. Sin embargo, el avión nunca llegó a destino. A las 16:15 horas (CEST) se perdió contacto con la aeronave cuando sobrevolaba las proximidades de Donetsk, una de las regiones de Ucrania con mayor influencia de los separatistas pro-rusos, en ese instante, fue impactado por un misil tierra-aire “Buk”.
“El MH17 fue derribado por un misil 9M38 lanzado por un Buk, traído desde el territorio de la Federación Rusa y que, después del lanzamiento, fue devuelto a la Federación Rusa”, declaró Wilbert Paulissen, jefe del departamento de investigaciones criminales de la policía nacional holandesa, en un conferencia de prensa en septiembre de 2016.
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