Las autoridades ucranianas comenzaron los trabajos sobre la recientemente recuperada ciudad de Kherson. Para ello, este sábado se desplegó allí a un grupo de 200 agentes que trabajarán documentando las atrocidades y los posibles crímenes de guerra cometidos por las tropas rusas en los ocho meses de ocupación.
Así lo explicó el jefe de la policía ucraniana, Igor Klymenko, quien agregó que los controles comenzaron en las carreteras y que, poco a poco, esperan poder comenzar con la reconstrucción de la estructura perdida en la ciudad.
La reconocida periodista ucrasnaina Olga Tokariuk expresó en Twitter su alegría por la reconquista de la ciudad pero reflexionó a cerca del alto precio pagado por ello al recordar las cámaras de tortura y las fosas comunes reveladas tras la retirada en otras regiones anteriormente ocupadas. Lamentó que, entonces, cabe esperar que se produzcan descubrimientos del estilo en Kherson, donde la resistencia inicial fue muy fuerte.
También, Klymenko advirtió a los ciudadanos los peligros que aún conlleva desplazarse a la zona, ya que se teme por la fuerte presencia de minas y explosivos plantados por los oficiales del Kremlin en su retirada. Es por ello que confirmó la presencia en la ciudad de equipos especializados en la “identificación y neutralización de artefactos explosivos sin detonar que puedan encontrarse en la ciudad y sus alrededores”.
Al momento, Kherson está bajo control ucraniano pero muchos de los ciudadanos desplazados de la ciudad por la guerra aún no han regresado a sus hogares.
Una mujer y dos niños debieron ser trasladados al hospital en los últimos días, después de que un artefacto explosivo estallara cerca de su automóvil, en el pueblo de Mylove. También, un policía resultó herido en las últimas horas mientras desminaba un edificio administrativo, anunciaron autoridades locales.
Por su parte, en el distrito de Berislav -a unos 75 kilómetros de la ciudad recuperada- la policía dio parte de nuevos bombardeos rusos, que dejaron “muertos y heridos”, por lo que la zona sigue siendo un blanco activo de Moscú.
Inclusive, el portavoz del Mando de la Fuerza Aérea Yuriy Ignat señaló que las tropas rusas podrían estar preparándose para lanzar un nuevo ataque masivo con misiles y drones en la víspera o durante la cumbre del G20 en Indonesia -a realizarse el 15 y 16 de noviembre-.
“Les gusta llevar a cabo algún tipo de provocaciones en torno a días así”, dijo, sumado a la advertencia de la Legión Ucraniana de que los rusos acostumbran compensar su “impotencia militar aterrorizando a la población civil”.
A los ataques que parecen no cesar y los explosivos que aún restan desactivar se debe sumar el terrible daño generado en la ciudad, que ha dejado una delicada situación humanitaria. “No hay luz, ni agua ni combustible”, lamentó una residente de la ciudad, que teme por el invierno que se avecina y para el cual la ciudad carece de recursos para sobrellevarlo.
Si bien las calles se llenaron de festejos y se palpita la alegría en el ambiente, los ucranianos también son conscientes del enorme desafío que ahora tienen por delante.
El responsable sobre el terreno del proveedor de electricidad DTEK, Dmytro Saharuk, comunicó que el sistema de suministro eléctrico ha sido completamente destruido por las tropas rusas durante su retirada. Es por ello que se necesitará de un mes para recuperarlo totalmente, “en un escenario optimista”, advirtió.
(Con información de AFP, EFE y Europa Press)
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