“Las fuerzas de Ucrania planean un ataque invernal contra Melitopol (a través de las débiles defensas de la región de Zaporizhzhia) y luego, buscarán llegar a Berdyansk, adentrándose en la retaguardia de la línea defensiva a lo largo del río Dnipro y cortando casi todas las rutas de suministro. De lograrlo, obligarían a retirarse a Crimea”, advierte el canal de información militar Rusich, ligado al grupo Wagner de mercenarios.
En el comunicado, casi resignados, afirman que la operación ucraniana es un “escenario lamentablemente muy real” y aprovechan para criticar la estrategia rusa en la zona, donde, afirman, “no se están construyendo bien la líneas defensivas”.
De concretarse con éxito la ofensiva ucraniana, las tropas de Putin volverían a sufrir un duro golpe, viéndose obligadas a replegarse en Crimea.
Las fuerzas de Kiev avanzan rápida y eficazmente en la recuperación del territorio ocupado por los soldados de Putin y semana a semana dejan en ridículo a Moscú.
El último viernes, de hecho, el ejército de Ucrania entró en Kherson, ciudad clave del sur del país, tras la retirada de las fuerzas rusas, afirmó el Ministerio de Defensa de Ucrania.
“Kherson vuelve bajo el control de Ucrania, unidades de las fuerzas armadas ucranianas entran en la ciudad”, dijo el ministerio en Facebook, llamando a los militares rusos que permanecen en el lugar a “rendirse inmediatamente” y prometió “preservar la vida y la seguridad de aquellos que lo hagan”.
“La rendición de Kherson es la mayor derrota geopolítica de Rusia desde el colapso de la URSS”, dijo Sergei Markov, académico de la Universidad de Moscú y añadió: “Las consecuencias políticas de esta enorme derrota serán realmente grandes”. En su canal de Telegram, además, el nacionalistas y seguidor de Putin culpó de la retirada a un “retraso catastrófico en la toma de las decisiones necesarias”.
Kherson era el único territorio que Rusia controlaba al oeste del Dnipro. Sin embargo, con las baterías de misiles de largo alcance que proveyó Occidente, las fuerzas ucranianas lograron aislar a las fuerzas rusas en esa zona. Bombardearon los puentes de salida hacia el este ruso. Las divisiones ucranianas de blindados e infantería iniciaron un agotador avance hacia la ciudad desde el norte, el oeste y el sur.
Del lado ruso, el repliegue se sintió como una gran humillación. “La decisión es chocante para miles y millones de personas que luchan por Rusia, mueren por Rusia, creen en Rusia y comparten las creencias del mundo ruso”, escribió en su canal de Telegram, Yuri Kotyonok, un influyente bloguero que sigue a las tropas.
Se trató de un revés enorme para Putin que ya tuvo que soportar la derrota de sus tropas cuando intentaron tomar Kiev y el avance permanente ucraniano de reconquista en el este y el sur.
Los ucranianos acaban de obtener una victoria extraordinaria donde la única capital regional que Rusia había tomado en esta guerra está nuevamente bajo bandera ucraniana”, declaró el asesor de seguridad nacional estadounidense, Jake Sullivan, poco antes de llegar a Camboya para una cumbre de países del Sudeste Asiático.
En la misma línea se manifestó Reino Unido. “La retirada anunciada por Rusia de Kherson marca un nuevo fracaso estratégico para ellos. En febrero, Rusia no logró capturar los principales objetivos que se había fijado, aparte de Kherson”, afirmó el ministro británico de Defensa, Ben Wallace en un comunicado.
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