Las Fuerzas Armadas de Taiwán denunciaron este lunes el despliegue de 63 aviones y cuatro buques del Ejército chino frente a las costas de la isla y acusó a Beijing de poner en marcha medidas con el objetivo de intimidar a Taipéi.
“A las 17.00 (hora local) las Fuerzas Armada han detectado la presencia de aviones y buques del Ejército Popular de Liberación de China en los espacios aéreo y marítimo cercanos a la isla”, señalaron las fuerzas de seguridad en un comunicado.
Así, indicaron que 31 de estos aviones cruzaron la llamada “línea media” del estrecho de Taiwán, que ha enviado por su parte una patrulla y ha emitido varias alertas por radio.
Las autoridades taiwanesas procedieron, además, a desplegar los sistemas de defensa antiaérea ante un aumento de la tensión con China y el temor a una agresión militar.
El pasado 26 de octubre, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, advirtió que China está tratando de “acelerar” la conquista de Taiwán, contraviniendo así el ‘statu quo’ de la isla y el pacto de no confrontación firmado entre Washington y Beijing.
Según ha detallado Blinken, este histórico acuerdo alcanzado entre ambas partes en 1979 ha sido “fundamental” para que Estados Unidos y China no hayan entrado en guerra por el dominio de la isla, sobre la que Beijing se considera soberana.
“Lo que ha cambiado es esto: una decisión del Gobierno en Beijing de que ese ‘statu quo’ ya no era aceptable, de que querían acelerar el proceso mediante el cual buscarían la reunificación”, manifestó Blinken en declaraciones a la agencia de noticias Bloomberg.
El representante de la diplomacia estadounidense advirtió así el cambio de rumbo de China con respecto a la isla y sus maniobras en el estrecho de Taiwán, que han derivado en una escalada de las tensiones. Beijing, sin embargo, acusa también a Washington de apoyar a Taipéi después de la polémica visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a principios de agosto.
Para Blinken, Beijing ha apostado por “ejercer más presión sobre Taiwán” y “dificultar la vida” en la isla para así tratar de acelerar el proceso de reunificación. Estas declaraciones del secretario de Estado van en la línea con las lanzadas a mediados de octubre.
En aquel momento, Blinken advirtió de que el Gobierno de China estaba tratando de apoderarse de Taiwán en un “lapso mucho más rápido” de lo que se pensaba anteriormente, unas palabras que despertaron cierta polémica pero que el alto funcionario estadounidense ha mantenido.
A comienzos de octubre, la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, advirtió a Beijing que la isla nunca abandonaría su estilo de vida democrático en un discurso del día nacional en el que trazó paralelismos con la invasión rusa de Ucrania.
Los 23 millones de habitantes de la democracia autogobernada viven bajo la constante amenaza de invasión del Partido Comunista de China, y la guerra de Moscú en Ucrania ha profundizado los temores de que Beijing intente algo similar con la isla.
En su discurso, la presidenta comparó la invasión de Moscú con el objetivo de Beijing de algún día tomar el control de Taiwán, lo que ha prometido hacer, por la fuerza si es necesario.
“No podemos ignorar en absoluto el desafío que estas expansiones militares representan para el orden mundial libre y democrático”, dijo.
Los vínculos entre China y Taiwán se rompieron en 1949, después de que las fuerzas del partido nacionalista Kuomintang sufrieran una derrota en la guerra civil contra el Partido Comunista y se trasladaran a la isla. Las relaciones entre Taiwán y la China continental se restablecieron solo a nivel empresarial e informal a finales de la década de los 80.
El Gobierno chino considera la isla una provincia más bajo su soberanía y aboga por su reunificación bajo el principio de ‘una China, dos sistemas’.
Con información de Europa Press
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