Corea del Norte anunció el lunes que responderá a las maniobras conjuntas de Estados Unidos y Corea del Sur con acciones militares “sostenidas, firmes y abrumadoras”, según la agencia oficial norcoreana.
La advertencia se produce en el contexto de una serie de pruebas de misiles realizadas por Pyongyang en las últimas semanas, incluido el lanzamiento el sábado de cuatro misiles balísticos, días después de que Estados Unidos y Corea del Sur concluyeran los mayores ejercicios militares de su fuerza aérea realizados hasta la fecha.
Un comunicado del Estado Mayor del Ejército Popular Coreano indicó que “continuaremos respondiendo a todas las maniobras contra (Corea del Norte) de parte del enemigo con medidas militares prácticas sostenidas, firmes y abrumadoras”, informó la agencia KCNA el lunes.
Según la agencia, las recientes pruebas de misiles balísticos del norte fueron una “clara respuesta” a Washington y Seúl por sus ejercicios militares de la semana pasada.
“Cuanto más persistentes sean las movidas provocadoras del enemigo, más minuciosamente y sin piedad las contrarrestará” el ejército norcoreano, agregó un comunicado divulgado por KCNA.
El sábado, dos bombarderos estratégicos B-1 se unieron a los ejercicios aéreos combinados a gran escala que Corea del Sur y Estados Unidos realizaron en la península coreana, donde no se veía el despliegue de estas aeronaves desde 2017.
Según detalló el ejército surcoreano los B-1 se unieron junto a cuatro aviones de combate surcoreanos F-35A y otros cuatro cazas estadounidenses F-16 a los ejercicios combinados Vigilant storm en los que participaron unas 240 aeronaves y que Seúl y Washington decidieron extender hasta el sábado en reacción a las recientes provocaciones de Pyongyang.
El Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS) señaló en un comunicado que esta decisión “es una demostración del firme compromiso de Washington con la disuasión extendida para Corea del Sur y la postura de defensa combinada de los aliados”.
El despliegue de este tipo de bombarderos, que partieron de la base aérea Andersen en Guam, para maniobras conjuntas entre Corea del Sur y EEUU fue muy habitual en 2017, cuando la tensión entre Pyongyang y Washington alcanzó niveles peligrosos, pero hasta ahora no habían vuelto a ser desplegados en la región.
El ejercicio aéreo que concluyó el sábado es además el más grande entre ambos países desde 2017 e incluyó la movilización de cazas F-15, F-16, EA-18G (la versión del cazabombardero F-18 adaptada para escenarios de guerra electrónica), F-35A y F-35B, que a diferencia del F-35A puede realizar despegues en corto y despegues y aterrizajes en vertical.
En respuesta a estas maniobras Corea del Norte ha lanzado en los últimos tres días en torno al menos 33 misiles balísticos, los últimos cuatro hoy mismo.
Estos cuatro misiles balísticos de corto alcance fueron disparados al mar Amarillo (llamado mar del Oeste en las dos Coreas), según informó el ejército surcoreano, que añadió que volaron unos 130 km con un apogeo de 20.
A su vez, uno de los proyectiles que Pyongyang disparó esta semana, un misil balístico de largo alcance (ICBM), aparentemente falló en pleno vuelo cuando se disponía a sobrevolar Japón, mientras que otro de corto alcance aterrizó muy cerca de aguas territoriales surcoreanas, algo que nunca antes había sucedido.
La tensión en la península está alcanzando cotas inéditas ante las repetidas pruebas de armas norcoreanas, las maniobras de los aliados y la posibilidad de que, tal y como indican los satélites, el régimen de Kim Jong-un ya esté listo para realizar su primera prueba nuclear desde 2017.
(Con información de EFE y AFP)
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