China reiteró hoy su firme adhesión al enfoque de la política “COVID cero” sin realizar ajustes a los protocolos por la pandemia que rigen en el país asiático.
El mecanismo conjunto de prevención y control del Consejo de Estado, el Ejecutivo chino, anunció en conferencia de prensa que continuarán implementando las medidas y restricciones asociadas al protocolo anti COVID.
Funcionarios de la Comisión Nacional de Sanidad (NHC, siglas en inglés) del gigante asiático afirmaron que China seguirá “protegiéndose contra la importación de casos” a la vez que se esforzarán por “prevenir el rebrote de pandemias internas”.
Aseguraron que la situación general de la pandemia “sigue siendo compleja” a pesar de reconocer que en colegios y universidades “es estable y controlable”.
Con estos anuncios, la NHC mantiene el mismo discurso de las comparecencias anteriores, sin indicios de cambios para las políticas anti COVID.
El portavoz de la NHC, Mi Feng, afirmó que China ha seguido ajustando las reglas por la pandemia “dinámicamente” y que evitará el enfoque de “políticas de brocha gorda”.
Los expertos aseguraron en la rueda de prensa que China promoverá las vacunas de refuerzo y aumentará la tasa de vacunación entre las personas mayores.
“Se debe aumentar la vacunación contra el COVID para personas de 80 años o más”, resaltó un funcionario de la NHC.
La baja proporción de vacunados entre los mayores ha sido uno de los talones de Aquiles de la estrategia china de cero tolerancia contra el coronavirus.
Desde la primavera boreal, las grandes ciudades chinas comenzaron a efectuar pruebas PCR rutinarias a todos sus habitantes, que han de presentar, mediante una aplicación en sus teléfonos móviles, resultados negativos de las últimas 24, 48 ó 72 horas para poder acceder a lugares públicos.
Según la política china de “COVID cero” todos los contagiados y sus contactos cercanos han de ser puestos en cuarentena en instalaciones destinadas a tal efecto, lo que hace que las autoridades de lugares que registran rebrotes a veces recurran a soluciones improvisadas para alojarlos ante la falta de espacio.
La estrategia también conlleva estrictos controles fronterizos y restricciones a la movilidad y campañas de pruebas PCR masivas allá donde se detecta algún caso.
Según las cuentas de la institución, desde el inicio de la pandemia, se infectaron 262.966 personas en el país y 5.226 fallecieron, aunque la cifra total de infectados excluye a los asintomáticos.
Hasta la fecha se ha realizado seguimiento médico a más de 8,1 millones de contactos cercanos con infectados, de los cuales 675.980 continúan en observación.
El miércoles, las autoridades chinas impusieron un confinamiento a unas 600.000 personas en la zona que rodea la mayor fábrica del mundo de teléfonos iPhone, después de que decenas de trabajadores huyeran por un brote de COVID en la planta y el temor a las restricciones.
La Zona Económica del Aeropuerto de Zhengzhou (centro), donde se sitúa la fábrica del gigante tecnológico taiwanés Foxconn, inició el miércoles siete días de confinamiento, según un comunicado oficial.
La fábrica, que emplea a más de 200.000 personas, ha estado bajo confinamiento desde mediados de octubre, tras detectarse un brote de coronavirus.
El sitio se encuentra a unos 600 km al suroeste de Beijing. “Sigue funcionando en circuito cerrado”, dijo el miércoles Foxconn a la AFP.
Según analistas citados en la prensa, el complejo industrial, que cuenta con tres fábricas y emplea a unos 350.000 personas, asegura el ensamblaje de alrededor del 80% de los iPhone 14, el modelo más reciente del gigante estadounidense Apple.
(Con información de EFE y AFP)
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