Rusia bloqueó el paso por el Mar Negro de 175 barcos cargados con toneladas de cereales ucranianos

La decisión de Putin de suspender el acuerdo para la exportacion de granos amenaza con desatar una crisis global de alimentos

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Imagen de archivo del  granelero de bandera panameña Ikaria Angel (REUTERS/Igor Tkachenko)
Imagen de archivo del granelero de bandera panameña Ikaria Angel (REUTERS/Igor Tkachenko)

El Gobierno ucraniano afirmó hoy que la ruta para la exportación de cereal a través del Mar Negro ha quedado bloqueada, después de que Rusia anunciase el sábado la suspensión del acuerdo que permitió el funcionamiento de dicha iniciativa los tres últimos meses.

El Ministro de Infraestructuras de Ucrania, Oleksandr Kubrakov, publicó una foto del carguero “Ikaria Angel” en su cuenta de Twitter, que según afirmó debía zarpar hoy cargado con 40.000 toneladas de grano como parte del programa mundial de alimentos de Naciones Unidas.

“Estos alimentos iban destinados a Etiopía, que está al borde de la hambruna. Pero debido al bloqueo del ‘corredor del grano’ por parte de Rusia la exportación es imposible”, declaró.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, afirmó que la retirada rusa del acuerdo ha llevado a que queden bloqueados en el mar Negro 176 buques que ya habían zarpado de puertos ucranianos.

De acuerdo con Kuleba, su cargamento suma un total de dos millones de toneladas de grano, suficientes para alimentar a siete millones de personas.

Agregó que este embotellamiento se ha producido porque ya en septiembre Rusia comenzó de forma deliberada a ralentizar el funcionamiento del corredor para obstaculizar el acuerdo alcanzado bajo los auspicios de Turquía y de las Naciones Unidas.

Rusia decidió hace tiempo reanudar sus juegos del hambre y ahora está intentando justificarlo”, afirmó el jefe de la diplomacia ucraniana en su cuenta de Twitter.

Kuleba calificó de “pretexto” el argumento de Moscú de que suspende el acuerdo debido al ataque sufrido ayer por su flota en el puerto de Sebastopol, que se encuentra a 220 kilómetros de distancia del corredor.

La iniciativa para permitir el desbloqueo de las exportaciones de cereal ucraniano desde los puertos de Odessa, Chornomorsk y Pivdenny fue firmada el pasado 22 de julio en Estambul (Turquía) y expiraba el próximo 22 de noviembre.

El sábado Moscú anunció que suspendía su participación después de que el ejército ruso acusó a Kiev de lanzar un ataque “masivo” con drones contra su flota en el mar Negro, lo que Ucrania calificó como un “falso pretexto”.

El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, instó este domingo a Rusia a “revertir” su decisión ya preservar el pacto para la exportación de cereal.

El presidente Joe Biden dijo que la decisión rusa es “indignante” y el secretario de Estado, Antony Blinken, afirmó que Moscú “nuevamente está tratando de convertir los alimentos en armas”.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky calificó la decisión de Rusia “como una intención absolutamente transparente de volver a la amenaza de una hambruna a gran escalada en África y Asia”.

En tanto, Stephane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU afirmó que “es vital que todas las partes se abstengan de cualquier acción que pueda poner en peligro el acuerdo”.

“Afirmaciones falsas”

La localidad de Sebastopol, en la península ucraniana de Crimea, que fue anexada por Rusia, ha sido blanco de varios ataques en los últimos meses y es el cuartel general de la flota rusa en el mar Negro y un centro de coordinación para las operaciones en Ucrania.

El ejército ruso afirmó que “destruyó” nueve drones aéreos y siete marítimos que atacaron el puerto en la madrugada del sábado.

“La preparación de esta acción terrorista y la formación del personal militar del 73º centro ucraniano de operaciones marítimas especiales fue llevado a cabo por especialistas británicos basados en Ochakov, en la región de Mikolaiv, en Ucrania”, aseguró el Ministerio ruso de Defensa en Telegram.

El ejército ruso también acusó al Reino Unido de estar implicado en las explosiones que provocaron fugas en septiembre en los gasoductos Nord Stream 1 y 2 en el mar Báltico, construidos para transportar gas ruso a Europa.

El Reino Unido rechazó las acusaciones y dijo que el ministerio ruso de Defensa recurre a “la difusión de afirmaciones falsas de una dimensión épica”.

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